05 ; duermen juntos

328 45 12
                                    

Era una noche tranquila en la ciudad. Taesan y leehan estaban en la casa del mayor, había libros y apuntes regados en su habitación lo que evidenciaba que ya se acercaba el periodo de exámenes. Ambos acordaron juntarse a estudiar no para agilizar las cosas ni nada de eso, era más bien que a leehan no le gustaba estar solo y taesan de perdía en sus pensamientos fácilmente así que leehan le ayudaba a enfocarse.

—Ya tengo demasiado sueño —dijo Taesan, dejando caer la cabeza sobre la almohada mientras estiraba sus piernas y brazos, sintiendo el peso del cansancio en su cuerpo.

—Yo también. Creo que debería irme a casa, si no, mis padres se van a preocupar.

—Estás loco si crees que te dejaré ir solo. Ya es de noche y es muy peligroso. No sabes si te puede salir un viejo de 70 años de la nada. Yo te llevo —insistió Taesan, sentándose en la cama y mirándolo con seriedad.

—Pero no puedes llevarme, tu auto está en el mecánico.

—Entonces quédate a dormir. Ya lo hemos hecho antes. Agarra lo que quieras de mi ropa mientras yo me doy una ducha —dijo Taesan, levantándose y caminando hacia el baño.

Leehan lo observó desaparecer tras la puerta del baño antes de levantarse y caminar hacia el armario. Abrió las puertas de par en par y comenzó a revisar las prendas, eligiendo una camiseta suave y unos pantalones cortos para dormir. La familiaridad del gesto le trajo una sonrisa; ya era casi una costumbre vestirse con la ropa de Taesan.

Minutos después, Taesan salió del baño, secándose el cabello con una toalla y solo llevaba puestos unos boxers que se aferraban a sus caderas.

—¿Nunca se te va a quitar la costumbre de dormir desnudo? —preguntó Leehan, alzando una ceja.

—¿De qué hablas? Esto ya es demasiada ropa, me está dando calor —respondió Taesan con una sonrisa traviesa.

—Ni se te ocurra quitártelo. Mis pobres y hermosos ojos no merecen ver eso que traes colgando entre las piernas —Leehan bromeó, aunque no pudo evitar reírse.

—Leehan, literalmente tú también lo tienes, además, ya lo has visto —Taesan se acercó a la cama.

—Sí, y fue horrible, es taaaan pequeño —Leehan hizo una seña con los dedos para ilustrar lo que decía, sus ojos brillando con malicia.

—¿Ah, sí? ¿Quieres que te recuerde cómo es? —Taesan posó sus manos en el elástico de sus boxers, fingiendo que iba a bajarlos, pero Leehan reaccionó rápido y se metió al baño corriendo.

Cuando salió del baño, ya listo para dormir, vio a Taesan acostado en la cama, cubierto con las sábanas negras, jugando distraídamente con su celular. Sin decir una palabra, Leehan se deslizó bajo las sábanas, sintiendo el calor del cuerpo de su amigo junto al suyo.

—Apaga eso ya, se supone que tenías sueño.

—Sí, mamá —respondió Taesan, burlón, pero obedeciendo. Apagó el celular y lo dejó en la mesita de noche.

Taesan se giró hacia Leehan, quedando cara a cara. Sin pensarlo demasiado, pasó su brazo por la cintura de Leehan y lo atrajo hacia él, abrazándolo como lo hacían desde que eran niños.

Conocerse sus miserias, usar la ropa del otro como si fuera propia, y dormir juntos, era solo otra cosa de bros. Si tú y tu bro no lo hacen, algo anda mal, porque si Taesan y Leehan lo hacen, entonces es normal.

cosas de bros | gongfourz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora