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Euphemia se sentía bastante refrescada a pesar de que estaban expuestos al clima helado de la Capital.

'Eso es extraño....'

Observando a su marido, se dio cuenta de su extraño comportamiento.

Ferzen sólo se concentraba en el suelo cuando caminaba, sin mirar nunca lo que tenía delante.

Su paso también era constante, y nunca pisaba las baldosas desiguales de la calle.

Euphemia se preguntó si habría alguna razón especial detrás de esto, pero rápidamente descartó sus pensamientos.

Por suerte para Ferzen, Euphemia no sospechaba de sus extraños gestos.

"Aquí está".

"......?"

Se detuvieron frente a cierto atelier.

El exótico nombre, Chanella, llamó la atención de Euphemia.

Y más allá de la vitrina, se exponían varios cuadros.

¿Podría ser un atelier dirigido por un artista famoso?

"Entremos".

"Ok...."

Dado que el interior del establecimiento era bastante lujoso, Euphemia se paró cerca de Ferzen ya que no estaba familiarizada con lugares como este.

"¡Bienvenidos, queridos clientes!"

En contra de sus expectativas de encontrarse con un artista con la ropa llena de manchas de pintura, fueron recibidos por un hombre con un traje bastante sofisticado.

"Deseo un retrato al óleo de mi mujer y yo".

"Milord, una pintura al óleo tarda aproximadamente una semana en completarse, y el cuadro necesita secarse durante un mes si desea enmarcarlo. ¿Le parece bien?"

"Está dentro de lo razonable. Y me gustaría que dejara un poco de relleno en el lado izquierdo del cuadro para que pueda grabarlo. ¿Puede hacerlo?"

"¡Por supuesto, milord! Por favor, sígame".

¿Un retrato?

Euphemia siguió a Ferzen mientras éste la arrastraba hacia el interior del taller.

"Mi Señor, por favor, póngase cómodo".

Al oír las palabras del artista mientras traía una silla, Ferzen volvió la mirada y se acomodó encima de ella.

Al ver esto, Euphemia se preguntó si debía tomar una silla y sentarse junto a Ferzen.....

"Euphemia"

"Qué....."

"Ven aquí."

Ferzen dio unos golpecitos en su regazo.

"¿Eres serio......?"

"Sí. Eres mi mujer, así que no tiene nada de malo".

"......"

"Así que ven aquí".

Euphemia lanzó a Ferzen una mirada penetrante, preguntándose si su marido estaba loco, mientras él le sonreía con satisfacción y seguía golpeando su regazo.

Dándose por vencida, Euphemia suspiró y se sentó con cuidado en el regazo de Ferzen.

Luego acercó su cuerpo a él, mientras su cabeza descansaba ahora sobre su firme pecho.

Es sorprendentemente cómodo.....

"Tú eres el que se sentirá incómodo abrazándome así....."

"Euphemia. Es de mala educación seguir moviéndote mientras te pintan. Además, si fuera a estar incómodo, no te habría sentado en mi regazo en primer lugar".

El Villano Que Robó A Las HeroínasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora