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Law se había levantado muy temprano ese domingo.... demasiado, quizás.

Las 4 de la mañana era una exageración ¿no?

Pero no podía evitarlo. Estaba muy ansioso por lo que pasaría en la tarde.

Se despertó perezoso y al ver que el sol aun no salía, intentó volver a dormirse, pero le fue imposible. Finalmente solo sé quedó tumbado, imaginando que podría pasar.

De nuevo las lindas fantasías que su mente enamorada le mostraba, con un Luffy correspondiéndole, hacían que sonriera de forma boba.

¡Oh! ¡Cuánto daría porque fuese real!

Trataba de no pensar en la parte negativa, después de todo Sanji le había pegado parte de su entusiasmo.

Para cuando el sol empezó a asomarse por el horizonte, Law ya llevaba horas en su ensoñación.

Volteó a ver a su mejor amigo que dormía desparramado, en una muy extraña posición, a su lado. Rió ante la imagen.

Como pudo, acobijó mejor al rubio, pues su manta se encontraba hecha una bolilla en una esquina.

Salió de su habitación para darse un baño.

Cuando salió, una desarreglada Lami se sorprendió al encontrárselo en el corredor, nunca creyó verlo despierto tan temprano.

-Buenos días-dijo el mayor al verla.

- ¿Law? -preguntó aun algo adormilada-son las 6 de la mañana... ¿Qué haces?

El chico la vio confundido, ¿que no era obvio que salía de la ducha? Aun llevaba su toalla y todo

- ¿Tomar un baño? -preguntó con obviedad.

La chica rió -si... ¿por qué tan temprano?-preguntó mas especifico.

El menor pareció avergonzarse y desvió la mirada.

-Sólo, me siento raro... ansioso, quizás-la chica le sonrió y acaricio sus húmedos cabellos.

-Ya, ya, eres muy lindo cuando estas nervioso ¿sabías?-le halagó-prepararé el desayuno, luego de comer pasaremos a dejar a Sanji-san a su casa e iremos directo al hospital ¿vale?

Law asintió mientras se dirigía de nuevo a su habitación.

El rubio aun seguía profundamente dormido, así que terminó de vestirse y salió de nuevo en busca de su hermana.

Topándose con quien menos quería ver ese día.

El alto y fornido cuerpo de su tio obstruyó su paso hacia la cocina. Estaba a punto de regresar a su habitación cuando la profunda, y desagradable para Law, voz de su tio le llamó.

-Law...

El chico volvió a girarse para verlo -Doflamingo...

La tensión podría cortarse con un cuchillo, Lami se limitó a seguir atendiendo la comida.

- ¿No piensas saludar?-preguntó con tono severo Doflamingo.

- ¿Tú tampoco piensas hacerlo?-respondió desafiante el más joven.

La chica suspiró, ahí iban de nuevo.

- ¡Law!-levantó su voz el mayor- ¡¿Cómo te atreves a hablarle así al hombre que te cuido!?

- ¿Por qué sólo yo debo saludar? -dijo indiferente el pelinegro-Tú también puedes darme los buenos días-en realidad no le importaba, molestar a su tio se había vuelto su pequeño hobby desde hacía mucho tiempo.

El hombre estaba por gritarle de nuevo. Pero Sanji había despertado y con una sonrisa radiante se había presentado al comedor, topándose con la escenita de ambos. Lami dejó salir el aire en sus pulmones, relajándose. No creía que "Doffy" siguiera con sus gritos si notaba que había alguien ajeno en la casa.

¡𝖧𝖾𝗒, 𝖡𝗋𝗈𝗍𝗁𝖾𝗋! | 𝖫𝖺𝗐𝗅𝗎 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora