May ya llevaba una hora durmiendo hasta que su abuela la despierta y le habla en un tono suave.
- ¿May? despierta ya esta lista la comida, baja a comer antes de que se enfrié.
May se estira y se talla los ojos. Se sienta en la cama y mira el reloj, son las 5:23pm. Suspira y camina fuera de su habitación, baja las escaleras y se sienta en la mesa, donde hay una rica comida caliente.
Se sienta y empieza a comer, su abuela la mira por un momento antes de volver a hablar.
- ¿Quién era el chico que te trajo? nunca lo he visto.
- Es solo un amigo, lo encontré en el sendero y me hizo el favor de llevarme y traerme, se llama Thomas.
-Se ve que es un buen chico, la próxima vez que venga invítalo a comer.
May sonríe y le da un sorbo a su jugo de naranja natural.
-Tal vez lo invite.
May termina de comer y camina a su habitación, se sienta en su escritorio y empieza a dibujar algunos paisajes que se le vienen a la mente. Después de un rato, mira hacia la ventana y ya está atardeciendo, cierra las cortinas y deja su cuaderno en un cajón, no para de pensar en el bosque, en especial por lo que dijo Allison sobre que estaba "encantado" May no suele creer en eso ya que ella siempre dice que los cuentos solo son niñerías que no existen. Se tumba en la cama y mira el techo, escucha los pasos de su abuela pasando por la casa y apagando las luces, después de un rato solo se escucha el sonido de los grillos y las lechuzas. May está teniendo dificultades para dormir, decide salir de su habitación y bajar las escaleras para salir de la casa un rato. Se sienta en el suelo y no sabe porque siente la necesidad de ir al bosque, lo piensa demasiado, hasta que por fin se decide.
- ¡Voy a ir! mi abuela esta dormida así que no sospechara nada.
May entra de nuevo a la casa y toma su bolso tejido, pone algunas manzanas y lleva su cuaderno junto con un lápiz. Toma una linterna y sale de la casa dirigiéndose hacia el bosque. da pasos lentos y mira el suelo para asegurarse de que no haya ningún insecto venenoso o excremento de animal. Llega a la entrada del bosque y es algo tenebroso, retrocede un poco, pero vuelve a poner su expresión firme y entra decidida.
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Camina, adentrándose un poco más, toma una vara del suelo por si tiene que defenderse. El sonido de las ranas y de algunos insectos llenan el lugar, se siente algo abrumada por eso. Escucha un sonido en los arbustos y se pone tensa, aprieta el agarre en su vara y habla en un tono fuerte.
- ¡Sal de ahí! ¡no te tengo miedo!
Una rana salta hacia ella y suelta un grito por el susto antes de ver que solo era una rana inofensiva.
- Uff... Solo eres un animalito, tranquilo amiguito, estas a salvo.
Toma a la rana y la pone en su hombro antes de seguir caminando y decide hablar un poco con la rana, aunque sabe que se mira como una loca.
-Debes tener miedo ¿no es así? estar en este lugar es aterrador.
Continúa caminando y la rana salta de su hombro y va hacia un lugar oscuro.
- ¡Oye! ¡Espera!
La sigue corriendo por el lugar donde no hay luz y siente que algo toma su pie y cae hacia delante, en un círculo de champiñones, se siente aturdida y empieza a cerrar los ojos y su vista se nubla, viendo una pequeña luz.
Después de un rato vuelve a despertar y ya no está en el mismo lugar, abre un poco mas los ojos y ve que está atada en una cueva.
- ¿Dónde estoy...?
Mira hacia los lados y mira a un hombre alto afilando un pedazo de madera. El hombre le da una mirada amenazadora que la hace callar, el sigue haciendo lo suyo y finalmente habla con una voz grave.
-No debiste entrar a este bosque, no se permiten humanos.
- ¿A qué te refieres con eso?
El hombre se da la vuelta, tiene unos colmillos afilados y unas orejas de elfo, se queda sin palabras y sorprendida. Le habla con la voz temblorosa.
-Tu... ¿Vas a matarme?
- Si sigues hablando voy a matarte.
-Oh... vale...
Se queda callada mirando como el hombre desconocido sigue afilando el tronco. Pasa un tiempo y May se estaba quedando dormida en el suelo, hasta que mira como saca fuego por las manos y hace una fogata.
