Una condena por amor silenciado (Young Miko) [Terminada]

Cláusulas del contrato

Emma:

Aquella cena fue perfecta, cenamos de lo más bien y por lo menos pude conocer un poco más de ellos, un poco más de Mauro, el cual aún siendo mi marido era un total desconocido para mí.

Durante toda la cena María Victoria no dejó de mirarme, de sonreirme e incluso de jugar con nuestros pies bajo la mesa.

Acabamos aquella cena sobre las 23:35 de la noche, para al salir del lugar simplemente despedirnos y volver a casa con el mismo chófer que nos había traído horas antes.

-Gracias -hablo Mauro abriendo la puerta de la casa-

-porque? -pregunte entrando tras el al que llamaría hogar desde ahora-

-por actuar como mi mujer ante mis amigos -hablo este con media sonrisa-

-me caen bien -confese-

-y eso que aún no los conoces -hablo sonriente- ya verás cuando estemos en Puerto Rico

El chico se veía feliz, en lo poco que habíamos convivido nunca lo había visto sonreír durante tanto tiempo, pues si bien el chico siempre era amable y cortés, solía estar serio todo el tiempo.

-Mauro -hable al ver como subía las escaleras-

-Si? -pregunto dándose la vuelta para verme-

- Por qué tus papás no pueden saber qué vamos a Puerto Rico de luna de miel? -pregunte curiosa-

Realmente aquello me intrigaba.

-Ellos no quieren que tenga contacto con Mari y mucho menos con María Victoria, asi que si supieran que vamos a PR, jamas me dejarían, unirian piezas

-pero porque? Mariana no es tu hermana también?

-Si lo es, pero mis padres hace mucho que la enterraron -hablo ya triste-

-porque?

-prefiero no hablar de esto si? Voy a por mí pijama -hablo el moreno para darse la vuelta y subir las escaleras-

¿Sus padres la habían enterrado hacia mucho?

¿Porque?

¿Que razón habría para que tus padres dejen de quererte?

¿Que cosa tan mala habrá hecho la chica, para que sus padres hayan prohibido a su hermano verla o tener contacto con ella?

Pensé...

Por mí cabeza pasaron mil preguntas, mil imágenes sobre cosas que pudieron haber pasado para que los padres de Mariana decidieran un día que ya no tenían hija, ninguna lo suficientemente horrenda para llegar a tales puntos.

Me quite aquellos tacos para tocar por fin aquel piso frío con mis pies descalzos, para así subir las escaleras hasta mi habitación.

-Mama -escuche desde dentro del baño de la habitación- Pasado mañana nos iremos de viaje, la luna de miel..., a Miami Gerardo nos regaló los pasajes y el hotel por la boda..., un mes..., a que si..., si mama..., hablamos mañana vale? Emma me espera...., buenas noches yo también los quiero...

Yo tan solo me dedique a cambiarme de ropa en la habitación, pues Mauro se encontraba en el baño y yo estaba sola allí.

Me puse aquella bata de dormir blanca, para así hacerme una coleta alta y esperar sentada en la cama a que Mauro saliese del baño, pues tenía que desmaquillarme.

-Ya? -pregunte al ver cómo la puerta del baño se habría-

-Si -hablo el moreno dedicándome una sonrisa- voy  abajo, buenas noches