capítulo 1

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— Muy bien, chicos, necesitaré vuestros datos para el contrato, pero esto ya lo haremos luego. Empezamos a rodar en media hora, así que coged los walkies y haced vuestro trabajo. Básicamente tenéis que ofrecerles a los actores el máximo servicio, ahora me voy que tengo prisa. — Dijo apresuradamente un chico de unos veintipocos. — Soy Álex, por cierto, si me necesitáis soy el director del servicio y de todo esto, ahora ni puedo atender a nadie, id a por las de vestuario y las maquilladoras, chao.

Y así se quedaron Juanjo y Álvaro, con un par de walkie talkies en medio del inmenso set de rodaje. Los actores pasaban ajetreados buscando a quien fuera y el personal andaba histérico por no tener las cosas preparadas.

Antes de todo quizás haría falta un poco de introducción.

Álvaro Mayo era un estudiante de comunicación audiovisual en Madrid, que escondía una grande pasión por el mundo de la interpretación y que siempre haría lo que fuera por tener cerca a profesionales para poder aprender. Tenía 21 años y recién había terminado una relación de 6 años, donde el chico le puso los cuernos con la ex de su mejor amigo y compañero de piso, efectivamente, Juanjo Bona.

Juanjo Bona había llegado a la capital española con un objetivo claro, la carrera de ingeniería naval, la única ingeniería que no se podía encontrar en Zaragoza. Toda su vida había vivido en Magallón, un pequeño pueblo a escasos 40 minutos de la capital aragonesa. Juanjo había cantado jotas desde muy pequeño, pero al llegar a Madrid lo había escondido, por miedo a ser juzgado.

Cuando llegó a dicha ciudad, Juanjo no tenía amigos y en su misma carrera se encontró a una muchacha con una grande pasión por la música y el maquillaje, que se llamaba Bea. Compartía piso con un tal Álvaro y necesitaban más gente para poder pagar el alquiler, así que el aragonés, sin una residencia estable donde vivir, aceptó sin dudarlo. Álvaro y Bea se convirtieron en los mejores amigos del mundo mundial de Juanjo, lo entendían y lo apoyaban en todo, haciendo que el maño creara un espacio seguro en ellos.

Ya cuando llevaban 2 años y poco más viviendo juntos, a Bea le ofrecieron la plaza de maquilladora en un rodaje de la nueva serie de la directora más famosa del momento, Noemí Galera. Esta aceptó y movió hilos por tal de que, su amigo Álvaro, que siempre había soñado vivir un rodaje desde dentro, pudiera estar en el set, ni que fuera como servicio. Lo consiguió y el muchacho arrastró con él a Juanjo, haciendo que los dos formaran parte del servicio de la nueva serie dirigida por Noemí Galera, "we are young".

...
Los actores pasaban y miraban a los dos chicos con indiferencia. Nadie les pidió nada salvo una muchacha pelinegra llamada Naiara y que era una de las protagonistas, que ordenó un café con leche. Álvaro, emocionado por su contacto con la famosa actriz, preparó aquel café con toda su delicadez y su admiración hacia la mayor.

Mientras el mayor preparaba el café, Juanjo se incomodó. Se sentía observado y no sabía por quien. Miró un par de veces a su alrededor y no vio a nadie fijándose en él, pues todo el mundo tenía preocupaciones mayores. ¿O quizás no todo el mundo?

Al cabo de un rato llegó un chico castaño con una barba perfilada y que ambos conocían por su éxito en latinoamérica. Acumulaba unos cuantos Cóndores de Plata y había sido premiado por diferentes categorías. El chaval, llamado Lucas, pidió algunas pastas y otro café, con una amabilidad que Juanjo no veía propia de una actor de élite. Álvaro, encantado, volvió a preparar el café y las pastas con ilusión mientras Juanjo se lo miraba. Otra vez notaba esta incomodidad, esta mirada de alguien que no sabía nombrar que lo miraba fijamente.

Cuando el uruguayo se fue, Álvaro fue a llevarle un segundo café a Naiara, ya que su representante se lo había pedido y Juanjo se quedó solo, delante de la barra llena de aparatos y comida. Aburrido, se tomó una coca-cola y notó la maldita mirada aquella encima de él. Esta vez estaba más cerca, así que se giró de golpe.

Un chico de unos 18 años lo miraba fijamente, con unos ojos verdosos intensos que no se apartaban de él. Su pelo era castaño y alborotado, iba en todas direcciones. Llevaba un peinado bastante característico, un mullet recién recortado, que Juanjo supuso que era para la serie. También se fijó en sus cejas, muy pobladas y oscuras. Pero lo que más le llamó la atención fue su bigote.

— Chaval, tu compañero lo está haciendo todo por ti, a ver si trabajas un poco, ¿no?— Dijo el chico del bigote. Juanjo se disponía a discutir, no soportaba que le vacilaran, le trataran de inútil o le llevaran la contraria. Pero antes de abrir la boca lo recordó, lo supo por su voz y por su expresión.

Juanjo sabía quién era, aquel chico era el joven actor Martin Urrutia.

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bueno pues ya se han conocido, chicas, aunque parece q juanjo sabe quien es...

tenéis ganas de saber que pasará? y qué creéis que será? decirmelo por comentarios, q me encanta leerlos.

espero q os esté gustando y si es así me encantaría que votarais el capítulo, me hace mucha ilusión

por hoy nada más, mañana más y mejor

besis de fresi y bona nit a todeesss <3<3<3

we are young - juantinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora