♰⊹ ˖ 𝑺𝒍𝒂𝒔𝒉𝒆𝒓𝒔 𝒐𝒔 ˖ ⊹♰

༄.° 1

˚ ༘ ೀ⋆｡˚ Thomas Hewitt
ʷʳ: ˡᵉᶜᵗᵒʳᵃ ᶠéᵐⁱⁿᵃ, ⁿˢᶠʷ 𑁤

࿔‧ ֶָ֢˚˖𐦍˖˚ֶָ֢ ‧࿔

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El sol de la mañana quemaba, ahuyentando el poco aire fresco que quedaba de la noche anterior. Si bien el granero te protegía del sol implacable y te ocultaba de las miradas desaprobadoras (o lujuriosas en el caso de los hombres mayores de la familia), también atrapaba el calor que despedían ambos cuerpos.

Thomas presionó su boca abierta contra la tuya, deslizando la lengua sobre tus dientes ansiosos por probarte. Tus manos agarraron su cabello oscuro, arruinando cualquier intento a medias que había hecho más temprano en el día para alisar su cabello rebelde. Te sostuvo en sus brazos, su cuerpo apretado contra él en un intento de acercarse lo más posible, su gran cuerpo te ocultó aún más de las miradas indiscretas que los rincones en sombras del viejo granero.

El beso fue profundo y hambriento y sirvió como un breve respiro de los ojos siempre vigilantes de Luda Mae. Si bien a ella le había parecido bien que vivieras con la familia antes de que tú y Tommy se casaran, te prohibió compartir una habitación o tener intimidad, una regla que se negó rotundamente a cambiar y una que al tío Charlie le producía un extraño regocijo al burlarse de ti.

Pero al igual que el calor de Texas, las miradas acaloradas que se dieron el uno al otro eran inevitables y solo se volvieron más calientes a medida que avanzaban los días de verano.

Luda Mae quería esperar hasta la primavera siguiente para hacer oficial su unión, pero al ritmo en que se estaba secando la ciudad, ni siquiera habría un sacerdote para oficiar la ceremonia, y mucho menos un invitado que pudiera asistir. Dudaba mucho que alguien fuera de la familia quisiera presenciar su unión, pero aun así, Luda Mae no quería que los pocos que sí lo hicieran se dieran cuenta y comenzaran a contar los meses.

Esos momentos robados en el granero eran lo mejor que se podía conseguir, y por Dios, qué buenos eran.

Las grandes manos de Tommy te acariciaban los pechos, manoseando con rudeza tus pezones a través de la tela gastada de tu viejo vestido. No pasó mucho tiempo antes de que te encontraras en la posición familiar de estar tirada en el suelo del granero, con el heno áspero como una incomodidad que habías aprendido a soportar por placer.

Empujaste desesperadamente tu sexo hacia su bulto creciente, gimiendo cuando él gimió y sujetó tus caderas con las suyas, impidiendo que obtengas la estimulación deseada. "Por favor, Tommy", suplicas, separando los labios, "No tenemos que hacer demasiado, solo quiero tocarte". Presionas besos con la boca abierta en su cuello, tirando suavemente de la carne con los dientes y la lengua arrastrándose por las mordidas para saborear la sal en su piel.

Tus manos trabajaron ansiosamente para desabrochar su camisa verde descolorida y envolverlo, vagando por la vasta extensión de su espalda. Todo su cuerpo se estremeció en tus brazos, un intento de contenerse de comerte entera.

Sabes que Thomas pronto pondrá fin a vuestro juego, las líneas tensas de sus hombros y la forma en que cierra los ojos son una señal de que está llegando a su límite, que si ustedes dos no paran ahora, no podrán parar, pero eso es exactamente lo que quieres.

Estás cansada de contenerte, de este constante acoso que tienes que soportar cuando estás en su presencia y cada día se hace más difícil.