𝖫𝘰𝗏𝘦𝗋𝘴 𝘙𝗈𝘤𝗄. ✰

Prólogo.

Suguru amaba una cosa, y esa era cantar. Amaba cantar y tocar la guitarra. Al cumplir sus catorce años de edad le regalaron una guitarra. Y en el trayecto de su vida conoció a sus tres mejores amigos. Shoko, la cual era bajista, Haibara, tocaba la batería y Nanami que también tocaba la guitarra. Este último le ayudaba mucho, ya que también habían veces donde era más difícil tocar las canciones y cantarlas.

Suguru las componía. Sus letras pagaban fuertemente. Antes su grupo se dedicaba a tocar en las calles y les daban unas cuantas monedas, pero luego avanzaron más hasta tener permiso en tocar en un bar, donde ya tenían fans y les pagaban mejor. La banda deseaba poder debutar y convertirse en una banda de Rock oficial, era uno de sus sueños, poder vivir de ello y sentirse orgullosos. Aunque todos en la banda sabían que era algo realmente arriesgado. Dedicarle tu vida a una banda y depender de ello era difícil, pero a pesar de eso los cuatro amigos seguían estudiando por si no resultaba eso.

Y ahora mismo la banda se esta arreglando en un lugar especial que los amables chicos del bar les hicieron para que pudieran arreglarse.

—¡Pásenme la sombra negra!

—Ya, ya, cálmate. Échate poquito o vas a asustar a la gente.

El chico de cabello café rodó los ojos y agarro la sombra que Shoko le había pasado. De vez en cuando se ponían sombras para verse mejor.

—Calma Haibara. Somos una banda de Rock, no punk, pareces emo.

Se burlo la chica mientras se hacía el dileneado de todas las noches, uno que era puntiagudo y se veía bastante bien.

—¡Shh, cállate ya Shoko!

Dijo Haibara mientras comenzaba a echarse un poco de sombra negra y comenzar a difuminar para que no se viera mucho.

—En ese caso el emo es Suguru.

Dijo burlonamente Haibara mientras veía a Suguru de reojo a través del espejo. El nombrado los vio a ambos con irritación mientras tenía un lápiz negro y se ponía en los contornos de su ojo, dándole un estilo profundo a sus ojos que parecían ser de un felino.

—Hey. No me metan en sus estúpidos juegos.

Respondió el chico mientras terminaba de contornearse los bordes de su ojo con el lápiz negro y comenzaba a hacerse algunos detalles en la cara.

—Sí. Déjalo Haibara, de todos modos ya es algo natural de Suguru.

Respondió la chica mientras se ponía accesorios. Unos anillos de Vivienne Westwood y un collar que tenía unas cadenas enrolladas que caían por su cuello. Todos en la banda vestían de negro, algo que era normal en una banda de Rock.

—¿De qué hablan? Yo no soy emo. Vamos, ustedes son rockeros, pensé que podrían separar lo emo de lo Rock.

—Sí. Pero tú definitivamente te ves emo.

Volvió a bromear la chica, haciendo reír a Haibara. Suguru rodó los ojos y vió el reloj que colgaba de la habitación, se percató que ya casi comenzarían y abrió los ojos.

—¡Ya, apúrense, ya vamos a comenzar!

Shoko se estaba poniendo gel, haciéndose algunas ondulaciones para que su cabello se viera con volumen y revoltoso, pero siempre elegante, algo tan de Shoko. Los dos chicos abrieron los ojos y comenzaron a darse unos detalles rápidos.

—Yo les dije que podían arreglarse a la salida de la universidad.

Nanami, el cual había estado manteniendo silencio hablo finalmente. El vestía un saco más formal y una camisa debajo pegada y que tenía las mangas rotas. Sus pantalones de cuero ajustados, el contorno y un poco de sombra en sus párpados y su cabello amarillo desordenado lo hacían ver muy bien. Y claramente se burlaba de que sus compañeros no estuvieran preparados.