Mañana amistosa

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La luz de una nueva mañana golpeaba los vidrios del living y la luz se traspasaba hasta inundar la sala de estar y golpear la cara de un Satoru adormilado. Cómo toda persona cuando está cansada, se dió la vuelta, tirando de las sábanas para taparse la cara y así que la luz del sol dejará de quemarle la cara y levantarlo. Era realmente molesto, Satoru había tenido una noche pesada y deseaba despertar.

Él pensaba que todo lo de ayer era un sueño. Y claro, después de encontrarse con el chico más guapo, y que tenía una voz increíble, y aparte, ¡Era muy genial! O eso era lo que Satoru pensaba, quedó flechado cuando lo vio, quizás sintió atracción o admiración, algo por el estilo. Y que alguien así de genial, y aparte, miembro de una banda, lo invitará a su casa era prácticamente un sueño que ni en mil vidas viviría.

¿O sí?

-Buenos días. Veo que el sol te ha despertado, lamento eso, suelo dejar las cortinas abiertas para que el sol entré.

Aquella voz angelical. La reconocía, ¡Era la del chico de ayer!

Y al instante de escucharla, Satoru abrió en grande los ojos y se dió la vuelta. Para su desgracia, cayó abruptamente en la alfombra que estaba extendida por el suelo, era cómoda pero aún así el golpe que se dió dolió. ¡No fue un sueño, era real! Oh... Estaba entonces demasiado lejos de casa...

-¡Oye, oye! ¡¿Estás bien?!

El chico de cabello negro y largo casi vuela hasta el lugar donde Satoru había caído, extendió la mano para agarrarlo por el hombro y ayudarlo a levantarse. Satoru quería morir, a primera hora de la buena mañana ya había hecho el ridículo, eso iba a anotarse en cosas tontas que había hecho en el poco tiempo de vida que había vivido.

-Estoy bien... Estoy bien, muchas gracias...

Dijo Satoru mientras se levantaba. Se frotó un poco los ojos, esos ojos azulados que parecían una contestación teñida de azul entre el espacio negro. Realmente eran los ojos más bellos que Suguru había visto.

-¿Tienes baño?

Pregunto el peli-blanco, sacando de su pequeño trance a Suguru, quien estaba un poco embobado en el chico contrario, parecía que los dos tenían alguna especie de conexión, como dos imanes que se atraen. Suguru sacudió un poco la cabeza y asintió avergonzado.

-Sí, está en el pasillo a la derecha.

Le indico, señalando un lugar en el proceso. Satoru asintió y le agradeció en voz baja, para finalmente voltearse y caminar a paso algo apresurado. Y Suguru simplemente se quedó quieto, viendo aquel angel irse a su baño.

¿Qué carajos había pasado?

Vaya. Recapitulemos un poco, Suguru fue a cantar al bar de siempre. Teniendo esos típicos conciertos, y había ganado mucho dinero, de hecho, se repartieron 200 dólares cada uno del grupo, ¡Era demasiado! Seguramente porque ya estaban empezando a pagarles, y la gente dejaba aquellas propinas para la banda, y claro. Se estaba empezando a hacer más conocida, y a la gente le encantaba.

Segundo punto: Había visto al chico más bello del mundo en el concierto, viéndome específicamente a mí. Claro que entre todas las personas lo noté, era diferente y se veía perdido, como un pequeño cachorro en medio de una carretera. Ojos azulados, cabello blanco, piel de porcelana, probablemente media 1.90. Era un ángel, y ahora mismo, Dios estaba muy enojado con Suguru por haberle quitado a uno de sus ángeles más lindos y puros.

Y tercer y último punto: ¡Lo había traído a mi jodida casa! Oh, definitivamente era un sueño. Y Shoko estaría enojado conmigo, sí. Ella era de las personas que eran súper maduras y veían la perspectiva del mundo más allá de lo normal, igual que Nanami. Haibara y yo éramos maduros, claro que sí. Pero Shoko y Nanami eran más, eran como los viejos del grupo y siempre nos sermoneaban.

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⏰ Última actualización: Aug 28 ⏰

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𝖫𝘰𝗏𝘦𝗋𝘴 𝘙𝗈𝘤𝗄. ✰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora