¿La muerte perdona? (Higuel)

Sin disfraz

Llegue a mi habitación , bueno la mía y la de mi compañero, de habitaciónes, mi compañero es igual que yo solo que el se encarga de muertes naturales como enfermedades y todo eso, en cambio yo me encargo de los finales trágicos, en resúmen accidentes de todo tipo.

...Tengo que ir pronto por Hamada.

-Miguel, pensé que volverías más temprano. - Dijo por desgracia mi rummy.

- No eres mi mamá Daniel. - Dije sin voltearlo a ver sentandome en la sala.

Daniel era esa clase de persona "perfecta" era ordenado, era exelente en su trabajo y sobretodo era guapo prácticamente alguien sin fallas, aveces podia ser algo intenso, en el sentido que todo quiere que sea como el quiere, aveces me irritaba eso pero no podia hacer nada al respecto.

-Uy perdón por qué esto no sea un hotel. - Dijo sentándose junto a mi.  
¿Quieres algo de cenar? -Dijo recargando la cabeza en mi hombro.

-No tengo hambre, además ya es tarde deberíamos dormir. - estaba apunto de levantarme pero me detuvo.

-Sigues ¿enojado?
-Y tu sigues sin superarlo.
- Solo fue un error, ¿No me puedes perdonar?
-No.

Fue lo último que le dije y me levanté del sofá y me encerré en mi habitación, a seguir pensando en por qué el estúpido del disfraz de robot me echó a perder mi plan, tendría que ser más meticuloso para mañana.

Además le mostré lo que soy, que brillante eres Miguel Rivera.

Si el encargo no se hace para la fecha límite estaré en grabes problemas... Tenia 2 meses y medio para lograrlo era simple o al menos eso creía.

En la mañana me levanté y directamente me fui a la dirrección de Hamada, yo no soy esa clase de persona que deja todo para después, además de que el sabe quién soy, pero con suerte talvez piense que soy una alucinación ya que nadie más me vio.
Entre al local y no ví a mi encargado pero no podía desperdiciar el riquísimo café que servían ahí, no había desayunado así que me senté y pedí algo, cuando estaba comiendo lo ví... Y lo mejor de todo no traía su disfraz nunca me había alegro por algo tan estúpido.

Pero mi mirada se cruzó con la mía, su mirada era rara, no entendía su expresión pero no me importaba la verdad, tenia que hacer mi encargo, pero no queria que hubiera público presente asi que solamente lo mire y me salí del café.

Para mí sorpresa me alcanzó un par de cuadras adelante.

-Eres rápido - dije volteandolo a ver de reojo.
- Y tu eres raro, ¿Que quieres?.
- Esa pregunta ya te la había dicho, pero te aseguro que no me vas a dar lo que quiero así que no tiene caso que te diga y que preguntes.
- ¡¿Si me quieres a mi por qué me querías clavar un cuchillo?!
- No lo sé ¿Llamaste a la policía? -Dije sentandome en una banca de la callé.
- Cuando ví las camaras no aparecías... Además no sé si me estoy volviendo loco, probablemente solo yo te pueda ver- Dijo parándose enfrente mío.

Lo mire, y el a mí solo fueron unos segundos pero juro que se sintieron como minutos, horas, días y la verdad no me molestaba quedarme ahí pero Hamada interrumpió el momento con sus preguntas.

-¿Me vas a responder?
-Que pregunton eres, mejor ayúdame a que esto sea más fácil ¿Si?
-¿Que sea más fácil que?
- Que mueras ¿no es obvio? - Dije sacando un pequeño llavero de calavera.

Me miró como si estuviera loco.

-Estoy loco. - Dijo para después irse.

Me complica el trabajo, tengo que encontrar la forma de cumplir con el encargo hoy mismo...