«Between The Game and Reality»

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❝Entre el juego y la realidad❞


























Aitana

—Tienes que hacer una escena romántica de una película con la persona a tu izquierda —leí la tarjeta en voz alta, sintiendo cómo la vergüenza me invadía. Miré a mi izquierda y vi a Clara, que estaba sentada con una sonrisa.

Las risas comenzaron a llenar la sala mientras las chicas empezaban a burlarse. La mayoría ya estaban algo borrachas, y Clara, aunque no había bebido mucho, estaba bastante animada.

—Seguro que es la escena romántica perfecta —añadió Ona, riendo.

—Enseñanos lo buena actriz que eres —dijo Mapi con sarcasmo.

Sentí como el calor subía hacia mis mejillas, pero traté de seguir adelante con el reto. Clara se preparó para hacer la escena y yo traté de seguir su ejemplo. El grupo empezó a proponer escenas románticas, y finalmente, Ingrid decidió que recreáramos la escena del beso bajo la lluvia de The Notebook.

Clara y yo nos pusimos en posición. Al principio, intentamos hacerlo sin el beso, solo imitando la postura romántica. Pero las demás no tardaron en empezar a bromear.

—Vamos, así no es —dijo Patri, riendo—. Esto necesita un beso para ser auténtico

—Sí, no está bien si no hay beso —añadió Cata, con una sonrisa burlona.

—No sé si deberíamos hacer esto —empecé a decir—. No creo que sea lo más...

Clara me interrumpió, inclinándose rápidamente y cubriendo mis labios con los suyos. El beso fue inesperado y, aunque traté de mantenerme en control, el contacto cálido y suave de sus labios me sorprendió. Me di cuenta de que el beso era más intenso de lo que me había imaginado.

—Eso sí que es una escena de película —exclamó Ingrid, entre risas.

—Qué romántico —dijo Ona con una sonrisa—. Seguro que ganáis el Oscar.

Finalmente, nos separamos, y aunque traté de mantener la compostura, el calor en mis mejillas seguía presente. Me giré discretamente hacia el sofá donde estaba Emma, asegurándome de que no hubiera visto la escena. Por suerte, estaba profundamente dormida, ajena a lo que estaba ocurriendo.

—Clara, si quieres, puedes llevar a Emma a un cuarto de invitados para que descanse —le dijo Ona con amabilidad.

Ella asintió, agradecida por la oferta. Se acercó a Emma, la levantó en brazos con cuidado y dijo:

—Aitana, ¿puedes venir conmigo? No sé dónde está el cuarto.

—Claro —respondí, levantándome.

Caminamos juntas hacia el pasillo. La cantante se movía con cierta dificultad, ya que Emma estaba dormida. Finalmente, llegamos a la puerta del cuarto de invitados y la abrí con suavidad.

—Gracias por ayudarme —dijo mientras colocaba a su hermana cuidadosamente en la cama.

—No hay problema —respondí, mirando a Emma para asegurarme de que estuviera cómoda.

Una vez que dejamos a su hermana, salimos del cuarto y nos quedamos en el pasillo. La fiesta ya había empezado a afectar un poco nuestra coordinación. Clara se apoyó en la pared, sonriendo de manera algo tambaleante, y yo traté de encontrar un equilibrio entre mi propia borrachera y la conversación.

Entre dos mundos | Aitana BonmatíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora