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Daniel nunca antes se había visto más parecido a un mapache cómo aquella mañana.

Su cabello despeinado y sus grandes ojeras, marcaban la larga noche que paso en vela rodando de un lado a otro en su cama.

Y es que sus pensamientos del día anterior rondaban una y otra vez en su cabeza haciendo que sea imposible para el conciliar el sueño.

Y no fue solo su mente inquieta lo que lo mantuvo despierto toda la noche.

Su pequeño Juseong que siempre fue un bebé de carácter tranquilo a pesar de su edad, estuvo bastante quisquilloso toda la noche al sentir su inquietud, lo que es bastante raro en el ya que el no es un bebé caprichoso.

Pero parce ser que anoche fue diferente.

- 𝗨𝗳𝗳𝗳𝗳...- Daniel soltó un pesado y cansado suspiro pasando ambas manos en su cara, dándose un brusco masaje.

Hoy le costara mucho mantenerse despierto.

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- 𝗗𝗮𝗻𝗶𝗲𝗹 ¿𝗦𝗲𝗴𝘂𝗿𝗼 𝗾𝘂𝗲 𝗻𝗼 𝗾𝘂𝗶𝗲𝗿𝗲𝘀 𝗳𝗮𝗹𝘁𝗮𝗿 𝗵𝗼𝘆? - preguntó preocupada Wonnie al ver el estado de Daniel, apenas podía mantenerse despierto mientras amamantaba a Juseong.

- 𝗦𝗲𝗴𝘂𝗿𝗼, 𝗮 𝗱𝗲𝗺𝗮́𝘀, 𝗲𝗹 𝗽𝗿𝗼𝗳𝗲𝘀𝗼𝗿 𝗻𝗼𝘀 𝗮𝘃𝗶𝘀𝗼́ 𝗮𝘆𝗲𝗿 𝗾𝘂𝗲 𝗵𝗼𝘆 𝗱𝗮𝗿í𝗮 𝘂𝗻 𝗮𝗻𝘂𝗻𝗰𝗶𝗼 𝗶𝗺𝗽𝗼𝗿𝘁𝗮𝗻𝘁𝗲 𝘆 𝗻𝗼 𝗽𝘂𝗲𝗱𝗼 𝗱𝗮𝗿𝗺𝗲 𝗲𝗹 𝗹𝘂𝗷𝗼 𝗱𝗲 𝗳𝗮𝗹𝘁𝗮𝗿.

- 𝗣𝗲𝗿𝗼... ¿𝗻𝗼 𝘁𝗶𝗲𝗻𝗲𝘀 𝗮 𝗻𝗮𝗱𝗶𝗲 𝗾𝘂𝗲 𝗽𝘂𝗲𝗱𝗮 𝗰𝗼𝗺𝘂𝗻𝗶𝗰𝗮𝗿𝘁𝗲 𝗱𝗲 𝗹𝗼 𝗾𝘂𝗲 𝘀𝗲 𝗵𝗮𝗯𝗹𝗮𝗿𝗮́ 𝘆 𝗽𝗮𝘀𝗮𝗿𝘁𝗲 𝗹𝗮𝘀 𝗻𝗼𝘁𝗮𝘀?

- 𝗪𝗼𝗻𝗻𝗶𝗲, 𝗻𝗼 𝘃𝗼𝘆 𝗮 𝘀𝗲𝗿 𝘂𝗻𝗮 𝗰𝗮𝗿𝗴𝗮 𝗽𝗮𝗿𝗮 𝗻𝗮𝗱𝗶𝗲, 𝗮 𝗱𝗲𝗺𝗮́𝘀, 𝗲𝘀 𝗺𝗶 𝗿𝗲𝘀𝗽𝗼𝗻𝘀𝗮𝗯𝗶𝗹𝗶𝗱𝗮𝗱. - respondió Daniel, dándole suaves palmaditas en la espalda a Juseong, haciéndole eructar

- 𝗦í, 𝗽𝗲𝗿𝗼...

- 𝗡𝗼 𝘁𝗲 𝗽𝗿𝗲𝗼𝗰𝘂𝗽𝗲𝘀 𝗪𝗼𝗻𝗻𝗶𝗲, 𝘂𝗻𝗮 𝗯𝘂𝗲𝗻𝗮 𝘁𝗮𝘇𝗮 𝗱𝗲 𝗰𝗮𝗳 𝘆 𝘁𝗼𝗱𝗼 𝗿𝗲𝘀𝘂𝗲𝗹𝘁𝗼. - le sonrió Daniel, tratando de convencerla.

Wonnie aún estaba dudosa, pero decidió no insistir más en el asunto.

Llamaría a Daniel más tarde para saber sí estará bien.

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- 𝗕𝗨𝗘𝗡𝗢𝗦 𝗗Í𝗔𝗦 𝗗𝗔𝗡𝗡𝗬! - saludó alegremente Zoe, quién siempre esperaba a Daniel en la entrada de la preparatoria cómo ya se hizo costumbre.

- 𝗕𝘂𝗲𝗻𝗼𝘀 𝗱í𝗮𝘀, 𝗭𝗼𝗲...

Zoe notó que el tono de voz en Daniel esa mañana era muy diferente a su habitual alegre y amable que siempre tenía para comunicarse con los demás, lo que hizo que se preocupara un poco.

Pero antes de que pudiera decir algo, se sobresaltó ante la presencia de Jay el cuál no escuchó venir. Y no sólo ella. Daniel también pegó un brinco cuando Jay apoyó su mano en su hombro.

- 𝗝-𝗝𝗮𝘆! 𝗟𝗼 𝘀𝗶𝗲𝗻𝘁𝗼, 𝗻𝗼 𝘁𝗲 𝗲𝘀𝗰𝘂𝗰𝗵𝗲́ 𝗹𝗹𝗲𝗴𝗮𝗿.

-...?

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⏰ Última actualización: Aug 12 ⏰

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