En algún lugar

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    La suciedad se acumulaba en la cada baldosa resquebrajada de piedra de la celda. El olor a humedad se mezclaba con la fetidez que desprendía la comida podrida que se acumulaba intacta junto a los barrotes arañados y cubiertos de sangre seca.

    desechos humanos, y alguna que otra rata, rodeaban un pequeño cuerpo roñoso y maltratado, y lleno de cardenales y heridas supurantes. Temblaba mientras se abrazaba a si mismo, sus brazos, tan demasiado finos intentaban guardar el escaso calor que los harapos que vestía proporcionaban. Se balanceaba rezando en una lengua olvidada, rogando muerte o venganza. Motas de polvo, regeros de sangre ya seca y hasta gotas de semen y restos de comida se acumulaban en un rostro, demasiado joven y pequeño para tanta inmundicia, rostro enmarado por un escaso pelo piojoso, grasiento y cubierto junto a la nuca de pequeñas calvas, obra de los constantes tirones de manos rudas, se veian entre las fina hebras de un pelo que en su día relucía plateado como el reflejo del sol en un charco.

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⏰ Última actualización: Jul 10, 2015 ⏰

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