Capítulo 3

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3. La tonta chica de la cafetería

Alessandro

Este día no puede ser peor tuve un desacuerdo en la empresa de mi padre tengo que admitir que ser el vicepresidente de la empresa no es nada fácil y saber que me tengo que prepara para ser el presidente cuando mi papa se retire me da un poco de presión de ser perfecto para que la empresa este bien, tengo tan solo 25 años y ya me estreso como mi papa no quiero ni imaginarme como será cuando esté a cargo.

Salgo de la empresa y fui a una cafetería que me recomienda mi hermano a tomarme un café y verlo un rato, hablar con mi hermano siempre me hace bien, pero bueno como si el destino hoy estuviera en mi contra en vez de relajarme me echan el café encima una tonta mesera que no ve por donde va, aunque tengo que admitir que también fue un poco mi culpa ya que yo estaba detrás de ella así que ni modo que me viera pero como estaba de mal humor la trate un poco mal me salí enojado de cafetería y espere a mi hermano afuera mientras habla por teléfono con mi asistente. Luego de un rato salió mi hermano con los dos cafés nos dirigimos a la casa en mi auto deportivo.

-Oye Ale no crees que fuiste un tanto grosero con esa chica en la cafetería a fin de cuenta ella no tuvo la culpa tú estabas detrás de ella como te iba a ver- miro mal a mi hermano mientras toma su café.

-Si tienes razón tal vez fui un tanto grosero es que hoy no tuve un gran día en la empresa y estaba de mal humor y pues creo que la pague con la chica- suspiro y luego hablo un rato mas con mi hermano mientras conduzco.

-Que te parece si vamos mañana de nuevo a la cafetería y le pides disculpas por tratarla mal y nos tomamos otros cafés que están bien buenos tienes que admitirlo- mi hermano me mira con una mirada picara.

-Que estás loco para que vuelvo a esa cafetería de todas maneras mañana voy a estar muy ocupado y no sé si pueda ir, además a mi me perece que a ti te gusto esa chica y la quieres volver a ver así que me usas de excusa para ir de nuevo a la cafetería - miro hermano con cara de intrigado.

-No que te pasa estás loco claro que no me gusta y además ya yo he ido muchas veces a esa cafetería podría decir que soy cliente fijo así que no te necesito de excusa para ir porque yo puedo ir cuando quiera, solo lo decía para que tú te disculparas con Ximena- me dice mi hermano con cara de enojado.

-¿Ximena?- Alzo una ceja al escuchar el nombre.

-Si así se llama la chica que te echo los cafés encima- lo miro mal y el empieza a reírse.

-A ya no te gusta y le preguntaste su nombre y todo- lo miro intrigado por saber más.

-Solo me presente cordialmente y eso que tiene de malo, que tú eres un odioso maleducado no quiere decir que yo también lo sea por ser tu hermano- me estresa que Axel se ponga en plan de defensor.

-Yo no soy así y sabes que ya no quiero hablar más de esa chica okey- nos bajamos del carro y entramos a la casa.

Cuando entramos a la casa a la primera persona que vemos es a nuestra madre ella es una mujer bella, tiene los ojos de color verde, su cabello es rubio, es una mujer dulce, cariñosa que nos consiente mucho y nos da mucho amor. Mamá nos recibe con una bella sonrisa, un abrazo y un beso nos pregunta cómo nos fue entonces Axel empieza a contarle como le fue en la universidad y todo lo que hizo hoy y luego yo le empiezo a contar todo lo que hice en la empresa hoy, luego de un rato de hablar mamá se da cuenta de la macha en mi traje y me mira con curiosidad.

-Mi amor que te paso en tu traje que lo tienes manchado- la miro con cara de que no quiero hablar pero sé que no me va a dejar en paz hasta que se lo cuente.

Amargamente DulceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora