El sol ya estaba alto cuando te despertaste, sintiendo el calor suave de los rayos atravesar las cortinas. Por un momento, todo parecía sereno, casi perfecto, hasta que te diste cuenta de que no estabas sola. Emiliano, quien había estado a tu lado durante la noche, seguía dormido, su respiración tranquila y rítmica. Te quedaste un momento observándolo, todavía aturdida por todo lo que había sucedido.
El silencio de la mañana fue roto por el sonido insistente de un teléfono. Emiliano se removió, frunciendo el ceño mientras buscaba el celular en la mesita de noche. Cuando finalmente lo encontró y miró la pantalla, su expresión se tensó de inmediato.
"Es mi esposa," murmuró, su voz ronca por el sueño mientras se levantaba rápidamente, saliendo de la cama para contestar la llamada.
Te quedaste inmóvil, sintiendo cómo la realidad volvía a instalarse con fuerza en la habitación. Lo escuchaste hablar en un tono bajo, pero la tensión era palpable en su voz.
"Mandinha, lo siento... Sí, ya sé que es tarde. Me quedé dormido... No, estoy en... bueno, no importa. Estaba solo relajándome un poco. Sí, ya voy para allá."
Hubo una pausa mientras escuchaba la respuesta al otro lado de la línea, y su mirada se endureció ligeramente. "Lo sé, debería estar ahí... Sí, lo entiendo. Estoy saliendo ahora mismo."
Colgó la llamada, soltando un suspiro frustrado mientras se pasaba una mano por el cabello, claramente contrariado. Se giró hacia ti, y por un momento, pareció que las palabras se le escapaban.
"Lo siento, pero tengo que irme," dijo finalmente, acercándose a la cama con una expresión de arrepentimiento mezclada con un toque de urgencia. "Mandinha está furiosa, y ya son las tres de la tarde. Debería estar en la habitación del hotel con ella, no acá"
El peso de la realidad se asentó entre ustedes como una barrera, se sentó en el borde de la cama, inclinándose hacia ti mientras tomaba tu mano.
"No quiero que te quedes con una mala impresión de esto," dijo con sinceridad en su voz. "La verdad es que la pasé increíble contigo. Fue una noche que nunca olvidaré, y no solo por lo que pasó... sino por cómo me hiciste sentir. Fue como si por un momento, pudiera ser simplemente yo."
Sus palabras te tocaron profundamente, pero también te hicieron consciente de la complicada situación en la que te encontrabas. Sin embargo, antes de que pudieras responder, él continuó, su voz bajando de tono como si estuviera compartiendo un secreto.
"Mañana tengo que volver a Londres con Mandinha y los niños. Es mi vida, y no puedo cambiar eso. Pero no quiero que esto sea lo último que te diga. No quiero que pase demasiado tiempo antes de volver a verte, y... de volver a estar contigo."
Su mirada era intensa, llena de un deseo que aún no se había saciado por completo. Buscó su teléfono y lo extendió hacia ti, una clara invitación a intercambiar números. Lo tomaste, ingresando tu contacto, y luego se lo devolviste.
Él se inclinó hacia ti, sus labios encontrando los tuyos en un beso lento y profundo, cargado de emociones que no necesitaban palabras. El momento parecía extenderse, como si el tiempo hubiera decidido detenerse por un instante.
"Voy a extrañar el tenerte así para mi" murmuró contra tus labios antes de separarse con un suspiro. "No sé cuándo, pero te prometo que encontraré la forma de volver a verte."
Se levantó de la cama, vistiendo su ropa apresuradamente mientras tú lo observabas en silencio. Antes de salir, se giró una última vez, sus ojos encontrándose con los tuyos. "Gracias por todo. De verdad, lo pasé increíble contigo. Y te prometo que esto no será un adiós."
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Illicit Affair (Emiliano martinez )
Short StoryCause you were never mine. Hace mucho tiempo que no escribo, pero siempre fue algo que me gustó. Espero que les guste esta historia; también espero que no sea muy larga. Me inspiré en varias canciones, entre ellas "Illicit Affairs" de TS. Si conocen...