2

58 4 0
                                    

La basta lluvia se hizo presente en el atardecer, el cielo gris dejaba caer la pequeñas gotas que pronto empaparon la region, la gente se escondía, y se refugiaba, prendiendo el fuego y sacando sus ropas más cálidas.
La reunión acabó, shinazugawa sanemi, se la paso con la cabeza agachada todo el tiempo, la vergüenza le inundaba y toda la tensión caía sobre el, se le fue presentado cada pilar y no se dijo nada más que algunos avistamientos de demonios, y bendiciones de oyakata-sama hacia sus hijos, al terminar, todos recriminaron a sanemi, por referirse al patrón de esa manera, bien, estuvo mal de su parte, y como un niño solo le quedaba aceptar esos regaños, el pilar de la roca con los ojos llenos de lágrimas incluso dudaba si no había sido poseído por algún espíritu maligno, y sobre todo, le dejo una muy mala impresión a la joven pilar.

En fin, de ahora en adelante sería conocido como un pilar, aunque a decir verdad, no le emocionaba la idea, almenos tendrá su propia casa y privacidad, sin embargo la construcción de su finca se retrasaría por las lluvias, así que por el momento estaría en una posada.
.
.
.
No estaba tan mal, el clima hacia que todo se relajara, calmaba el ruido con el sonido de las gotas estampando contra los charcos que esta misma provocó, el olor era fresco y la vista era hermosa, aquel chico se encontraba sentado en un escalón de la posada, no necesitaba taparse de la lluvia, ni tampoco quería, el agua era relajante por fin podía respirar hondo, sus preocupación se limpiaban con la lluvia, olvidando por un momento que el mundo era ruin y cruel, un enorme suspiro salió de su seca boca dejando que la lluvia empapara su rostro, cerró los ojos y descanso dejándose llevar por el ambiente... , de pronto las gotas que recibía en la punta de su nariz, dejaron de caer, la lluvia se corto en su lugar, alertado por tal acción abrió los ojos, una wagasa (sombrilla japonesa) le estaba cubriendo de la Lluvia, pero... De quien era?.... El pilar de la roca, gyomei, estaba parando justo enfrente de él, tapandolo con su wagasa, se sorprendió, sus ojos relajados se abrieron, no sintió su presencia apesar de su enorme tamaño, fue sigiloso, sorprendentemente SIGILOSO.

Estaba vestido, con una yukata y una bufanda, una vestimenta un tanto simple, sus rostro estoico como siempre sin tener pupila, podía sentir como le penetraban sus ojos blancos, y ahora mismo sentía como le estuvieran mirando fijamente y de igual manera el, fueron segundos eternos donde ambos se "miraban" el tiempo se detuvo en ellos pero no en el ambiente, donde el diluvio continuaba con su naturaleza.

-... TE VAS A QUEDAR ALLI PARADO?! -dijo exaltado después de un largo silencio entre ambos

-... Te tapó de la lluvia.. -dijo en un tono simple, sutil y calmado aquel, joven alto

-... Que haces aqui? -

-venía a verte.. -dejo de taparlo, después de todo aquel albino quería mojarse y el solo le interrumpía

-qué? Vienes a comprobar si hay demonios malignos de mi cuerpo?-dijo con sarcasmo mientras se reincorporaba en un posición más cómoda

-nada de eso,.. Aunque.. Tengo mis dudas aun con al respecto... -

-QUE?! -

-esto... - alzó su mano opuesta a la que sostenía el wagasa, con una caja envuelta en furoshiki (una manta envuelta en un paquete)

-uh? -

-es medicamento, kanae lo envío, dijo que curarás tus heridas-el albino tomo el paquete algo pesado-tiene lo necesario

-... Por que lo traes tu y no ella? - menciono, pues se había llevado una buena impresión de la chica, era linda y no le desagradaba

-... Esta lloviendo.. -

-ah? -pues era verdad, estaba lloviendo, la chica quizás se enferma fácil, y aun si así no fuera se entendía por que no fue ella y lo trajo aquel hashira de dos metros

✞¡¡𝑵𝑶 𝑻𝑬 𝑽𝑨𝒀𝑨𝑺!! ✞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora