CHAPTER 03

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Capítulo 03


       Como era de esperarse después de beber el trago de marigold, los Hargreeves recuperaron sus poderes sin siquiera esperarlo, y de una manera no tan agradable

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Como era de esperarse después de beber el trago de marigold, los Hargreeves recuperaron sus poderes sin siquiera esperarlo, y de una manera no tan agradable. Todos y cada uno de ellos parecían tener una resaca horrible, y a su vez estar enfermos del estómago por una intoxicación.

Luther recuperó su musculatura y aquel cuerpo de gorila que tanto lo había caracterizado en su momento. Sorprendentemente para él, todo estaba resultando bastante bien a la hora de bailar en el tubo para las mujeres, hasta que se quitó el traje y se dio cuenta de que había vuelto a lo que era.

Diego dejó de entregar los paquetes mal, sus lanzamientos perfectos hacían llegar la correspondencia de manera más que excelente.

— ¡Volví!

Cinco, quien estaba en el trabajo bebiendo una taza de café como de costumbre, analizaba la información que tenía sobre la tintorería y Sy, el dueño. Cuando su asistente entró a su despacho.

— ¿Sy Glossman? Está limpio. Es un contribuyente legítimo.

Cinco miró la información que mostraba el proyector dejando su taza de café en su escritorio detrás de él.

— No me lo esperaba.

El asistente empezó a retirarse, y Cinco se puso de pie para acercarse a la imagen, pero de pronto apareció en una estación de tren.

— Pero, ¿qué...?

Y solo un par de segundos después, volvió a aparecer en su oficina yéndose de espaldas hacia su silla. Se sostuvo de los reposabrazos sintiéndose terriblemente mal.

Su asistente regresó.

— ¿Se siente bien, agente Cinco?

— No. Creo que no.- Se levantó y tomó su abrigo. — Me voy a tomar el día.- Y sin más, salió de ahí.



(...)



En las ruinas de la academia umbrella los presentes estaban tan confundidos y algunos más enfadados que cualquier cosa. Cinco y Ellie estaban en el sofá mientras a sus espaldas discutían Diego y Lila, para su mala suerte. Se sentían tan mal, que hasta Ellie estaba a punto de gritarles que cerraran la boca.

Pero justo en ese momento apareció Viktor.

       — Que alguien me explique en este momento que sucede aquí.

       — Eso es lo que intentamos averiguar, Viktor.- Responde Número Ocho acariciandose la cien.

       — Ay, Dios, no me miren.- Intentó defenderse Luther mientras trataba de cubrirse vistiendo solo su bata, guantes y su ropa interior brillante, esa que usaba cuando bailaba para las señoras.

The Beginning of the End. || Five Hargreeves.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora