/ ☆ ¿Uɴᴀ sᴇɢᴜɴᴅᴀ ᴏᴘᴏʀᴛᴜɴɪᴅᴀᴅ? ☆ \ -𝐁𝐈𝐋𝐋𝐅𝐎𝐑𝐃-

Cap 4

Luego de aquel día en donde Bill se apareció después de un tiempo, Ford dejaba de estar solo en la cabaña, ya que temía que Bill volviera y le hiciera algo peor que la anterior vez. Un día, Ford decidió quedarse unos minutos solo en su hogar, escribiendo algo en su nuevo diario que la mayoría no conocía, solamente Dipper sabía sobre aquel nuevo diario.

Se encontraba escribiendo sobre lo que le había ocurrido hace unos días, cuando derrepente escuchó un ruido fuerte en una ventana, cómo si la hubieran roto. Antes de ir, el hombre agarró un arma que tenía en su escritorio y luego salió en busca de donde había prevenido aquel sonido que le interrumpió su escritura. Al llegar a la sala principal de la cabaña del misterio, encontró un vidrio roto con una piedra de tamaño mediano. Este se acercó con lentitud hacia donde se encontraba la piedra, sosteniendo su arma con seguridad. En el momento que llegó a la escena, no encontró al culpable, por lo que se sintió algo decepcionado de sí mismo. Todo eso cambió cunado apareció alguien en esa ventana, con una gran sonrisa viéndolo fijamente. Al momento en el que el desconocido hizo un triángulo con sus manos, Ford supo quien era.

-¿Qué haces aquí Bill? Te dije que no te quería ver más, y menos cuando me dijiste lo de la última vez.-Dijo seriamente mientras le apuntaba a la cabeza.-

-¡Calma seis dedos! No quiero hacerte daño, además, lo último lo había dicho porque me habías sacado la paciencia idiota.-Comentó, para así trepar la ventana y entrar a la propiedad del contrario.-

-Si si lo que digas, ¿qué quieres? Si me mantienes vivo es porque quieres algo.-Este se aleja un poco del triángulo, que ahora era un humano.-

-Hey no tengas miedo cerebrito, no voy a hacerte nada, solamente quiero que volvamos a ser pareja. No es mucho pedir.-Hace una pausa.-Vamos Fordsy, sabes que teníamos una buena relación, no se porque me dejaste.-Se acerca un poco a el hombre, esta vez, más rápido que antes.-

-No quiero nada contigo, Bill. No entiendo, ¿no te das cuenta de que ya no te amo? Ese sentimiento se desvaneció hace años, y nunca volverá, nunca.-Sus palabras fueron firmes. Cuando lo vio acercarse, no hizo nada, se quedó en su lugar.-

-Bueno, tendré que hacerlo a las malas...-Luego de decir esas palabras, unas cadenas aparecieron en el cuello y las manos de Ford, haciendo que este suelte su arma y se caiga al suelo.-

-¡Ugh!, ¡q-quitame esto!-Comentó con voz algo nerviosa, ¿los maltratos iban a volver?-

Y efectivamente, el científico tenía razón. Bill comenzó a golpearlo en la cara, ignorando las súplicas del sabelotodo, que rogaba en voz alta, esperando a que alguien escuche sus súplicas y vaya a salvarlo. Para su mala suerte, nadie lo escuchó, por lo que solamente le quedaba aguantar los golpes que el contrario le daba.