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Al entrar al gran salón el príncipe notó de inmediato que varios hombres acompañaban a su padre, se concentró en caminar con gracia y esquivar las miradas de los presentes, no quería arruinar nada debido a sus nervios, aunque solo podía percibir la mirada intensa de su progenitor, el cual estaba enojado por su retraso, ya estando cerca de los caballeros hizo una excelente reverencia.
- Les presento a mi tercer hijo, el príncipe Nat.
El joven se incorporó con delicadeza, una bella sonrisa adornaba su rostro, pero no tardó en cambiar su expresión, pues se sorprendió mucho al encontrarse justo delante de él al caballero desconocido, el cuál estaba igual de sorprendido, ambos intentaron mantener la compostura, no querían delatar a los presentes su previo encuentro.
- Hijo mío, es un honor para mí presentarte a su Majestad imperial, el emperador Kornthas.
Un muy confundido Nat realizó nuevamente su exquisita reverencia, la cuál fue correspondida por Max que aún se encontraba atónito.
- Es todo un placer para mí poder conocerlo su Majestad imperial, espero que su estadía en nuestras tierras sean de su agrado — el hermoso joven intentó que su voz sonara armoniosa, estaba sorprendido, pero no podía arruinar los planes de su padre debido a sus tontos nervios.
- El placer es todo mío Alteza, el reino de Seaview es tan hermoso como lo describen mis allegados, aunque puedo ver que la belleza que usted posee es insuperable en cualquier aspecto.
El joven príncipe se sonrojó ante tales palabras galantes, nunca lo habían elogiado así, su corazón brincaba de felicidad, aunque su padre el rey Uareksit era el más feliz del salón, el emperador había alabado la belleza de su hijo, desde la muerte del padre del emperador el rey se encontraba angustiado, pues el acuerdo de compromiso fue planificado por los padres, así que temía que el emperador se negara a contraer matrimonio con su hijo.
- Disculpe su Majestad imperial, pero es un chico, no puede aceptar esto, lo han engañado — Nunew la mano derecha del Emperador interrumpió el encuentro, estaba muy ofendido por el atrevimiento del rey.
Nat al escuchar al caballero bajó la mirada, quería salir corriendo de la sala, pues no creía poder soportar que los presentes lo miraran con desprecio por ser diferente, Max al notar el cambio del joven príncipe decidió actuar.
- ¡Silencio lord Perdpiriyawong! — el mencionado se estremeció — no me molesta que sea un hombre — aseguró el Emperador sorprendiendo a varios de sus acompañantes.
- Disculpe su Majestad imperial, espero me permita explicarle — Max asintió — mi hijo el príncipe Nat es un hijo de la diosa luna, su padre el difunto emperador lo conoció cuándo tan solo tenía nueve años y me propuso su compromiso, yo no estaba al tanto de que usted desconociera la naturaleza de mi hijo — aunque intencionalmente en mis cartas omití su género, pensó el rey.
- Comprendo, sin embargo su Majestad el rey nunca me reveló en sus cartas que desposaría a un príncipe, siempre pensé que mi prometido era una princesa.
