Capítulo 5: disculpas

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Thad se encontraba en los brazos de V, medio consciente. Toda esas heridas de la batalla fueron regeneradas por el suero, a excepción del visor, que en eso ayudó V. Thad no sabía que hacer, estaba muy cansado como para huir, aparte de que estaba en los brazos de V, la cual no le dejaba tan siquiera de mirar

Thad: ¿Sabes? Siento mucho lo que os hice, la verdad, os quería mucho, pero era yo, o una masacre generalizada, espero que puedas comprenderlo

V: lo se, tranquilo, mi amor, yo te perdono, aunque no se si J también lo hará

Thad: bueno. Según lo que recuerdo, J estaba luchando contra Uzi y N, pero me quedé inconsciente antes de saber quien ganó

V: a eso te respondo yo. Ella fue capturada por aquel traidor y aquella obrera, pero no la mataron. Hay una remota posibilidad de que-

Antes de poder continuar, alguien toca la puerta. Thad mira a V, para luego tratar de levantarse, pero no poder no solo por el cansancio, sino por el agarre repentino de V. Al final, ella decidió abrir, y se encontró con N, Uzi, y J, esta última mirando al suelo, con las manos en la espalda

V: ¿Qué hacéis aquí?

N: dejamos que J se quede con vosotros, bajo supervisión de Thad. Oye, ¿Qué es eso en el armario?

J: si lo ves, a lo mejor te entrarán ganas de matar a Thad

El chico decide ir a ver, y se encuentra con el exoesqueleto. Se da cuenta de que el que les causó todos estos problemas era Thad, y un pequeño impulso asesino pasó por su médula espinal. Pero al final, solo se dirigió a Thad, y le pidió que cuidara bien de sus excompañeras, a lo que Thad asintió como pudo. Luego, entró Uzi, quien le acarició la mano, deseándole suerte, para luego darle un tierno beso en la frente, mientras le cerraba sus ojos, y le agradecía todo lo que hizo por ella. Finalmente, el joven se quedó con las dos asesinas, que decidieron disculparse por todo lo que le hicieron

Thad: no os disculpéis, me merezco esa paliza desde un comienzo, más específicamente tras haberos disparado, golpeado, y ocultado mi otra identidad

V: lo sabemos, pero me da pena, verte sacrificarte por una colonia que no les importas en absoluto

J: literalmente era como si vivieras solo. Ahora, estamos aquí, nos tienes a nosotras, y te tenemos a ti *le coge en sus brazos como a un bebé*

V: tu eras el único que nos aceptaba, incluso tras habernos hecho cada vez que salías, pero creo que no lo hacías a propósito

Thad: si, tienes razón, todas esas veces tenía que salir para hacer otras cosas, aunque eso no quita el hecho de que os halla hecho daño en el pasado

J: te tratabas de controlar, para al menos no dejarnos completamente muertas. Te lo agradecemos, de verdad

V: y te perdonamos, porque sabemos que no lo volverás a hacer *dice mientras acaricia a Thad*

Iban a continuar así, hasta que alguien llamó a la puerta. De nuevo, V se encargó, y el que estaba en la puerta, era...

Profesor: ¿Thad está aquí?

V: si, descansando, ¿Por qué?

Profesor: porque aún no se acabaron las clases de hoy

V: no puede ir a clases, está muy cansado, casi al punto de que se podría desmayar

Profesor: eso no es escusa. ¡Thad, vamos, ahora toca clase!

V: ¿Qué tal si te vas mejor antes de que te arranque el pellejo?

Abbot: mejor vámonos ya, Richard. Esto no lleva a ningún lado, aparte, acaban de informar de que Thad tendrá el día libre

Profesor:*gruñe*vale, pero solo hoy 

El nuevo ThadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora