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RAI POV

El calor que me proporcionaba el edredón que cubría mi cuerpo me hacía sudar, así que lo aparte y me senté en la orilla de la cama y suspire, toque el frío piso con mis pies y sentí un escalofrío subir por mis muslos desnudos, acompañados de solo un corto pantalón negro, sintiendo un dolor de cabeza que parecía no desaparecer, tome un sorbo de la botella de agua casi terminada que estaba en la mesita de noche. Miré a ambos lados y vi que la presencia de Alondra no estaba conmigo, me levanté y abrí la puerta de aquella pequeña habitación, donde me daba acceso al aire fresco. Camine mienta pestañeaba varias veces para adaptar mi vista de la oscuridad a los fuertes rayos del sol mañanero. Tener a Alondra a mi lado era algo frecuente, pero ahora no lo tenía, la pequeña habitación parecía vacía, así que me levanté de aquella cama y me senté en la orilla de la cama.

Restruje mis ojos con el torso de mi mano y camine hacia la siguiente habitación, la que estaba llena de cables y de computadores apagados. Donde tampoco estaba ella, seguí caminando hasta que salir afuera, donde si estaba ella, parecía serena y sería a la vez, con un rostro tranquilo y una postura cómoda, sentada en una silla mirando al hermoso paisaje de la mañana llena de los cantos de los pajaritos entre los árboles.

Se sentía tan tranquilo hasta queda voz habló, rompiendo la órbita de silencio y tranquilidad.

—Lo siento.

Sentí mi frente arrugarse, no sabía que hablaba, parecía como si se disculpa de algo que hizo, pero no recordaba nada de lo que me había hecho. Me senté en a su lado, donde había una hamaca a color naranja y roja.

—¿Mmh, de que te disculpas?—,Rasque mi nuca.

Alondra parecía que le daba dificultad decir aquello que contenía en su boca. Suspiró con pesadez y luego me miro con ambos ojos cristalizados, como si estuviera al punto de romper en llanto.

—Rai, lo que hicimos anoche, sólo no fue bueno.—,Una diminuta lágrima salió de su ojo derecho.

¿Anoche, que sucedió anoche? Mi frente de arrugo. Ladee la cabeza y me acomode para que que su postura se encuentre frente a frente con la mía, mirándonos a los ojos a pesar de que ella evitaba mi mirada, mirando a aquel vecindario casi vacío. Establecía una vista casi impredecible, mis lentes no estaban a mi disposición, no los había visto, pero de a igual forma mis ojos podrían ver los suyos con tanta claridad como el agua fresca y limpia, podía ver sus ojos a pesar de que el resto no, lo único que se enfocaba era su rostro semi dormido y sus labios rojizos siendo aplastados por sus dientes.

—Estoy agradecida tal vez, de que Alex llegará en ese momento y no lo hecharamos todo a la basura. No puedo más, Rainelis..—,Agachó la cabeza.

Entonces empecé a recordar lo que pasó aquella noche. Su cuerpo caluroso tan cerca del mio, sus labios y su lengua introducida en mi boca, como si fuera un juego de patrones, su lengua rozando mi cuello finalmente.....Era tanto, sacudi la cabeza y aleje el torbellino de ideas y entre abrí los labios, sintiendo una mezcla de emociones mezclarse en mi interior, pero la que ganaba era la vergüenza, la jodida y maldita vergüenza.

—Yo..—,Pause, mirando mis manos y jugueteando con ellas.—Perdóname...—,Solté.

—Rai, todo esta claro, nada similar volverá a pasar.—,Se levantó de la silla y camino, para luego irse y perderse entre el jardín con flores diminutas.

—Mierda.—,golpee el césped con mis pies.

...

Ahora no la tenía a mi lado, ya no estaba su espíritu conmigo, sus risas y sus quejidos conmigo, sus besos y caricias en mis manos cada día, cada minuto y segundo. Ya no estaba su presencia y todo por culpa de mis jodidos impulsos, por llevarme del momento ahora nuestra amistad era una relación amorosa incómoda, simplemente desde que está mañana me fui de su casa sin avisarle empecé a llorar en el camino. Sólo pensando en que por mi culpa las cosas habían cambiado y no sabía como arreglarlas. Por mi culpa ahora Alondra me vería como una extraña, por dejarnos llevar del placer momentáneo habíamos perdido una amistad de años. Diría que no me duele, que todo volvería a la normalidad, pero ahora estaba aquí, mirando al techo directo a un punto fijo, recordando como nuestra vida se desvaneció. Sabía que esto sonaría como fire on fire.

En fin, había perdido las esperanzas de que pudiéramos hablar nuevamente. Desvíe mi vista y dirigí mi vista hacia aquella caja de cristal, era un material cristalino que tenía nuestro retrato y el de nuestro animal, Koki. Podía sentir como las lágrimas caían por mis mejillas y quemaba mi piel. Después de todo, siempre supe que estaría sola y que nunca tendría un amor con ella, era tan difícil, cuando intentaba regalarle algo sobrepensaba tanto, que le gustaría, que le sería útil, pero ahora sólo sobrepienso que será de su amor y que será de nuestras emociones. Que sería de nosotras al vernos de nuevo cara a cara.

Perdí algo que intente obtener.

𝙱𝙴𝚂𝙾𝚂 𝙳𝚄𝚁𝙰𝙳𝙴𝚁𝙾𝚂 . || Railo. 18+ ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora