Prologo

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Todo se caía a pedazos, después de seis meses no podía creer que estaba a punto de perder al amor de su vida. Si tan solo hubiera dicho la verdad en el momento en que todo comenzó, no estaría a nada de perder todo lo que tiene.

–Tienes que escucharme, por favor. Hyunjin las cosas no son como tú crees– rogó mirando al pelinegro con ojos cristalinos.

–¿Y cómo son? – espetó furioso dándole la espalda mientras camina en busca de unos papeles –lo único que sé; es que me traicionaste y no entiendo como no me di cuenta antes, todo este tiempo me has estado viendo la cara de idiota y...

–Hyunjin, todo tiene una explicación...

–No me interesa escucharte– interrumpió mirándolo dolido tras su escritorio –lo único que quiero en estos momentos es que te vayas y dejes a mi familia en paz.

–Amor por favor...

–¡NO ME LLAMES ASI! –bramó azotando la madera del escritorio con sus puños, callado al omega quién se estremeció ante el estruendo.

–H-Hyunjin...

En ese momento las luces de la oficina se apagaron quedándose completamente a oscuras, segundos después se encienden las luces de reserva iluminando un poco el lugar.

–¿Qué esta pasando? –preguntó dudoso el omega con un mal presentimiento, sin entender lo que estaba pasando, una fuerte explosión se escucho haciendo temblar las ventanas.

Inmediatamente buscan la mirada del otro asustados ante el estruendo. Ambos se miran a los ojos cuando otra detonación resuena esta vez dentro de la casa, gritos llenan la pequeña cabaña. Los habían encontrado, ahora era demasiado tarde.

–Tenemos que salir de aquí, ahora- demandó Hyunjin acercándose al pecoso de cabello oscuro para salir por la puerta de la oficina en la que se encontraban discutiendo hace unos segundos.

Con una mano en la espalda de Yongbok, ambos salen encontrándose con el lugar lleno de humo y muchas de las cosas de la casa tiradas por todos lados, algunos de sus hombres caminaban de un lado al otro movilizándose para sacar a los demás del lugar.

–Señor vengan, por acá– dijo uno de los hombres de Hwang.

–¿Dónde están mis hermanos?– cuestionó de inmediato, siendo interrumpido por otra explosión que había detonado a unos metros de ellos. El pelinegro cubrió a Yongbok con su cuerpo en cuanto sucedió, unos gritos muy cerca de ellos llaman su atención perdiendo al hombre de vista corren hacia allá.

–¡Innie! –exclamó Felix histérico al ver a su amigo con una pieza de madera sobre una de sus piernas, Hyunjin enseguida intenta sacar la madera de enzima de su hermano.

–¿Qué demonios esta pasando? –gimió asustado mirando al pecoso a su lado.

–Nos encontraron– respondió de manera rápida, acercándose para ayudar al alfa con la madera. Entre los dos logran hacerla a un lado, Jeongin suelta otro grito de dolor al dejar de sentir el peso en su pierna.

–¿Puedes caminar?– preguntó apresurado el alfa a su hermano, preocupado por la poca estabilidad del lugar.

–No creo, duele mucho– expresó dejando salir un gemido llevando una mano a su pierna.

–Bien voy a cargarte, Yongbok mantente cerca de mí, ¿okey? –ordenó dándole una ultima mirada expresando determinación a lo que este asiente, a pesar de que su relación pendía de un hilo Hyunjin jamás dejaría que le sucediera algo a su omega. Toma a su hermano entre sus brazos y se levanta moviéndose con rapidez para encontrar la salida. El lugar se encontraba en llamas por todos lados, todo esta destruido y si no salían en cuanto antes algo peor podía suceder. En el camino se encuentran con Changbin quién al ver a su omega en los brazos de Hyunjin solto un suspiro de alivio.

–Los estaba buscando, el lugar se esta derrumbando tenemos que salir de aquí ahora– exclamó con urgencia el alfa, una detonación mas inunda sus oídos estremeciéndose ante el sonido –mierda, vámonos de aquí.

–¿Yongbok? –llamó Hyunjin al omega.

–Aquí estoy, voy atrás de ti– respondió agitado tras él. No parecía estarse sintiendo bien.

El pelinegro busca con la mirada al omega verificando que efectivamente estuviera tras de él, ambos conectan sus miradas por milisegundos dando seguridad al otro de que estaban bien. Siguen a al alfa de su hermano con presteza para salir del lugar de una vez por todas.

Antes de pasar por la puerta, Felix siente como lo jalan hacia atrás. Tras sus espaldas una columna se derriba, Hyunjin, Jeongin y Changbin siguen corriendo hasta estar lo suficientemente lejos de la propiedad encontrándose con los demás.

–¿Dónde esta Yongbok?– preguntó alterando Han, en cuanto no ve al pecoso de ojos como la azules con ellos.

–El esta...– se interrumpió horrorizado el alfa al darse la vuelta y no ver la presencia de Yongbok a tras el. -El iba...no...¡Yongbok!

–¡Yongbok!– grito Han a la par en cuanto entiende que el omega no estaba con ellos. Hizo el intento de ir hacia la cabaña en llamas pero su alfa lo sostuvo de la cintura con fuerza ante de que siquiera pudiera avanzar.

Hyunjin regresa su mirada a los demás mirando a su alrededor hiperventilando buscando con desesperación al omega. Deja a su hermano en el suelo con el propósito de regresar a la cabaña cuando todo explota en llamas frente a sus ojos.

–Hyunjin, espera –lo detuvo Minho, después de dejar a su omega con los demás y se asegurara de que este tampoco saldría corriendo hacia allá.

–¡No, nooo! ¡Yongbok! –rugió fuera de si, en su intento de correr a la cabaña incendiada dos pares de brazos lo detienen –¡YONGBOK! ¡YOONGBOOK! NOOOO – gritó forcejeando para soltarse del agarre de su mejor amigo, Lee Minho y de su mano derecha Changbin.

Ante la mirada de todos el lugar se derrumba por completo, sin poder creer lo que acaban de pasar, los ojos de cada uno de los miembros de la familia Hwang se convierten en lagrimas. El pelinegro entre los brazos de su amigo se deja caer llorando derrotado con un fuerte dolor en el pecho que se hacia cada vez mas grande, destrozándolo por dentro.

𝐑𝐞𝐝 𝐃𝐚𝐠𝐠𝐞𝐫 - 𝐇𝐲𝐮𝐧𝐥𝐢𝐱Donde viven las historias. Descúbrelo ahora