Veintitres años, cuatro de ellos desaparecido en combate.
Blake siempre se había tratado de la típica chica callada y rarita de clase, sus bruscas maneras o su exagerada amabilidad hacían de ella en la época de la adolescencia alguien realmente difícil de encasillar y esa es precisamente la época de los encasillados para el resto de tu juventud.
Él el típico normalito que con su sencillez se llevaba a más de una a su terreno.
Ella, sola, algo marginada y centrada en sus libros se tiraba la vida pegada siempre a sus auriculares.
Él con su ropa negra de arriba abajo y su poco interés en la gente en general (siempre que no fueran sus amigos) llamaba la atención.
Como cualquier historia de amor, como cualquier jugueteo de niños se terminó uniendo, conociendo y enamorando.
Todo eso comenzó cuando sus edades estaban en la más tierna de las juventudes. Ella solo tenía diecisiete, él acababa de cumplir los dieciocho.
Ambos se conocieron de la forma más tonta que nadie se pueda imaginar.
Blake con su inseparable amiga Red, la cual gozaba ya de la edad necesaria para comprar alcohol y con una fiesta a la vuelta de la esquina (la que debía ser la mejor del mundo) decidieron ir por primera vez a comprar alcohol a un sitio legal como el supermercado, quedaron en que mientras una cogía la bebida, la otra iba a por los refrescos para la noche y así terminar rápido, ya que al vivir en un pueblo, comprar en ese mismo supermercado suponía el riesgo de ver a algún conocido que nos tomaba por buenas chicas.
Ian por su parte iba él solo comprando todo lo necesario para lo que a Blake le parecía un año de borracheras o varios comas etílicos. Él ya sabía a por lo que iba porque las había visto en el pasillo de las bebidas a las dos amigas. Mientras Blake cogía las bebidas, Ian tarareaba una canción, no necesariamente conocida por la juventud del momento (Se trataba de la canción que más tarde rompería cualquier momento en un infierno para Carla) eso provocó en Blake una reacción simpática al borracho de buen ver que tenía a su lado, sin embargo Ian siempre sabía cómo joder cualquier momento y ese no iba a ser menos, cuando Blake se disponía a coger las botellas necesarias él susurro por lo bajo unas palabras inaudibles y eso era una de las cosas que más detestaba Blake mientras alguien estaba en su presencia. Ian volvió a repetir lo mismo pero un poco más alto de lo que antes lo había hecho y esta vez sí que se le escucho bien, demasiado bien para gusto de Blake, sus palabras fueron algo así como "la mojigata esta..." en ese momento el mal genio por el que se caracterizaba Blake y la ira que ese momento la controlaba tras escuchar ese desagradable comentario hicieron de ella un demonio por el que solo salía mierda. Las palabras ofensivas que le dirigió eran pocas para todas las que quería soltar.
-¿Pero quién coño te crees? Arrogante de mierda, vas a salir de aquí con la cara morada, chulo. - entre demás injurias.
Red al escuchar el barullo se acercó y decidió que lo mejor era alejarla de allí. Blake antes de darse la vuelta decidió que la mejor resolución del problema era escupir a ese impresentable que había decidido que "mojigata" era un adjetivo aceptable para ella.
Los días pasaron y no se volvieron a encontrar.
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BLACK #wattys2015
RomanceCuando Blake parece estar superando la perdida de la persona más importante de su vida, aparece él para devolver el sentido a su vida. O no... Una historia que te dejará enamorada y sin aliento para los lectores más exigentes