Camino al Hospital 2/2

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–Entramos al centro comercial, es grande, más de lo que esperaba. Camile es más pequeña que yo, es probable que se me pierda.
(Diferencia de altura)
Valentina: 1,78
Camile:1,70
–¿A donde vamos primero? – Tomé su mano.
–Vamos a la tienda de Versace, luego a la de Gucci, después podemos ir a Pescatore o quizá a Saint Péché
(Es q es un restaurante que está aquí por que salí a comer con mi mamá, una de mis tías y mi abuelita por el día de la madre)

–No tenía ni la menor idea de que existían todas esas tiendas – Mi mandíbula casi tocó el piso, lo único que se de las tiendas de Versace y Gucci es que son tiendas extremadamente caras –. ¿De donde planeas sacar todo ese dinero?
–Soy una maldita cuna de oro, mi amor –  Giñó, sonriendo arrogante.
–Lo sé cariño, ten cuidado. – La Besé.
–Mhm~ bueno, Val. Vamos – Me Jaló.
Pasábamos por las tiendas, había muchos vestidos, joyas, relojes, perfumes, y más.
Entramos a una joyeria, Camile se ve muy interesada en un par de anillos, dorados, con una frase de una serie gay, heartstopper
"Hi💛" en cada uno de los dos.
–¿Te gustan, amor? – Toqué su hombro.
–Vi la serie en la que aparece la frase, ¿crees que sea una buena idea comprarlos?
–Sí a ti te gustan, estaré más que feliz de usarlos a juego, cielo – Le brindé una sonrisa cálida
– Sonrió, y llamó a un encargado – Queremos esos anillos, por favor – Sonrió como si de un niño comiendo un dulce se tratara

–Aquí tienen, serian €100.29
–Ok, aquí tiene – Paso su tarjeta por el datáfono.
El hombre le entregó los anillos en una caja combinada con la temática de los mismos, a Camile, quien la abrió y me entregó uno, ambas nos lo pusimos en el dedo anular, parecen anillos de boda.
Ojalá...

...

Pasamos la tarde yendo a tiendas, Camile compró unas cuantas prendas y me compró un par de camisas de manga larga, tres sacos de diferente color, y un par de corbatas con los que, según ella, me vería bien.
Al rato, nos entró hambre.
–¿Que quieres comer, Val? – Habló, aun agarrada de mi mano.
–Yo invito, vamos a Pescatore. – Antes de que siquiera pudiese decir una palabra o ponerse en mi contra, la llevé al interior del restaurante.
Nos sentamos en una mesa en el centro del lugar.
Llegó la mesera y nos atendió.
–Buenas tardes, bienvenidos a Pecatore, mi nombre es Vanesa, yo soy quien las va a atender esta tarde, les dejo por acá el menú para que puedan elegir su platillo y nuestra carta de vinos, ¿alguna alergia o restricción alimentaria?
–No, ninguna, ¿de vinos que nos ofrece? – Pregunta Camile con curiosidad.
– Para ustedes les ofrezco un vino español llamado Emilio moro, hay tinto y hay blanco. Por ser tan linda la señorita. – Le habla a Camile – Le recomiendo el vino blanco que ofrece la marca, un vino exquisito para una mujer muy bella. – Le guiñó un ojo en forma de coqueteo.
– Frunzo el ceño en un manera de demostrar que estoy incomoda – ¿No prefieres un Saurus, cariño? He oído que ese vino es bastante bueno... - Tomé su mano y la Besé
– La cara de la castaña muestra inocencia, no está entendiendo la situación – Me parece perfecto, amor. – Sonrió, felizmente.
Sonrio victoriosa, le hecho una mirada a la camarera y está con la misma expresión arrogante, ¿acaso cree que esto es una broma?
– Suspiro y acepto la derrota – Deme una corvina manchego, por favor.
– Camile, quien ya entendió lo que está pasando, sonríe vilmente – A mi deme un lomito a la grogonzola, por favor si es tan amable – Dijo con ojos suplicantes, insinuandoselé a la mesera.
– La camarera se sonrojó, viendo la belleza de Camile cuando súplica – ¡S-sí, señorita!
–¿A que hora sales, cariño? – Jaló el cuello de su camisa – Estoy dispuesta a esperar hasta la hora que sea para ir a divertirnos~.
– La mesera se quedó atónita,con pigmento completamente rojo - A-ah s-salgo a la-las 8:30 a e-esa hora c-cierran el res-resta-restaurante.
–Hmm~ te espero a la salida~.
Lo último que hizo la camarera fue retirarse con una sonrisa victoriosa.
–Camile...
–¿Si, cariño? - Me mira con una sonrisa inocente y pura, como si no hubiera hecho lo que acaba de hacer.
–Vamos al baño – Tomé su muñeca abruptamente.
Entramos a la habitación.
–¿Que sucede Val? - Pregunta con una sonrisa altanera – ¿Estas mol-... ¿¡!?
Le besé repentinamente, lamí su labio, pidiendo permiso para entrar en su boca, el cual fue concedido.
Le tomé las piernas la levanté y la llevé a un cubículo, me senté en el inodoro con ella en mi regazo y continuamos besándonos.
Bajé la chaqueta qué tenía mi contraria, la tiré al piso y me sephare un segundo para buscar aire. Bajé rápidamente a su cuello, empezando a dejarle mordidas y chupetones, ya los de ayer habían desaparecido, y ahora los estoy volviendo a remarcar. Fui bajando con mis besos, retiré la parte de arriba del vestido, dejando al descubierto su sostén, lo desabroché, tomé uno de sus pechos, jugando con el, mientras el otro lo lamia y mordía. Camile no podía hablar, solo soltaba gemidos ahogados, como estábamos en el baño, era más probable que nos escucharan por el eco del lugar, así que había que ser cautelosas.
Para callar sus gemidos, Camile me quitó la camisa y empezó a morder mi hombro, hice un quejido de dolor, pero me concentré en lo mio.

...

Los gemidos ahogados de Camile eran lo único que rezonaba en el lugar; estoy 90% segura de que más de una persona que entró escuchó lo que pasaba en el cubículo en el que estábamos.

Al salir, Camile se lavó las manos, se acomodó la ropa y el pelo, yo me dediqué a limpiar el inodoro y el piso, los jugos de la castaña chorrearon por todo lado, así que tengo mucho por limpiar.

Salimos del baño como si nada hubiera pasado, con unas sonrisas resplandecientes en el rostro.

Tomé a Camile del brazo, detendiendola; me miró extrañada.
—¿Sucede algo amor? — Puso una mano en mi mejilla, viendo mi cara de angustia preocupada.

Miré hacia la mesa qué estaba junto a la nuestra.





































Al lado de nuestra mesa está Evangeline...

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