–Evangeline está al lado de la mesa en la que nosotras estábamos, con un vestido rojo por debajo de las rodillas y su pelo por debajo de los hombros, para empeorar un poco la situación está con Astra y con sus hermanas, Abigail y... la otra era un continente.
Me detuve en seco mientras caminábamos a nuestro lugar correspondiente, por lo que Camile me volteó a ver extrañada.
— ¿Te sucede algo?
— L-la chica que está al lado de nuestra mesa... Es la responsable de la cicatriz qué está en mi mano — Se la mostré.A juzgar por su expresión, parece que nunca se había dado cuenta de ella.
Suavicé mi expresión.
— ¿No la habías visto? — Sonreí burlona.
Se mordió el labio y negó con la cabeza, reí ante su respuesta.
Nuestros platos llegaron a la mesa, ya no tengo ninguna escapatoria.
Me rendí y nos fuimos a sentar, tomé los cubiertos y observé mi platillo, un tipo de pescado con una salsa de queso manchego y camarones.
Voltee a la mesa de al lado, Astra me está viendo, le susurra algo a Abigail, y ella repite lo mismo que le susurró el chico en voz alta a su hermana mayor.
— Valentina está al lado. — Gritó despreocupada.
— Demonios, ¡tampoco era para que lo gritaras! — Me molesté.
La peliblanca volteó a ver al lado en el que nosotras nos encontrabamos, frunciendo el ceño al ver a Camile.
— Vaya, vaya. No sabía que ibas a estar aquí. — Sonrió Evangeline, como sí hubiera ganado algo con verme. — ¿Quien es ella? — Señaló a mi acompañante, quien solo veía entretenida la situacion.
Sus invitados están susurrando entre ellos. Despues de secretear unos segundos más, los tres asintienron.
— ... Mi novia. — Camile me miró sorprendida con un leve rubor en sus mejillas, tomé su mano y besé el dorso.
Astra echó la cabeza hacia atras mientras Abigail golpeaba la mesa, la continente sonrió victoriosa, ambos metieron las manos a sus bolsillos, sacaron cincuenta euros y se los dieron a la que ganó lo que parecía una apuesta.
— Un placer hacer negocios con ambos. — Guardó el dinero en su jacket.
— Hey, ¿que negocios trío de ratas? — Apunté un dedo señalandolos.
— Apostamos sobre que era ella para ti, yo aposté a que era tu amiga, Abigail apostó a que era la hermana de la novia de Bilem, y Europa apostó a que era tu novia, entonces ella ganó cincuenta euros. — Explicó el pelinegro.
«¿Por qué no me lo imaginé antes?» Pensé.
Hacen esas apuestas desde que estamos en secundaria.
— Val, ¿quienes son ellos? — Me miró confusa.
— Suspiré, cerré mis ojos un momento y maldije en voz baja. — Son amigos de la secundaria, Astra, Abigail, Europa y... Evangeline, mi ex mejor amiga. — Presenté a cada uno con molestia.
— No, pero presentanos como si nos quisieras. — Dijo Europa.
— No. No lo voy a hacer.
— Te hemos extrañado mucho. — Mintió la que me delató ante su hermana.
— No les creo, bola de traidores.
— ¡Nos haces falta, val, desde que te fuiste nada es lo mismo sin ti!. — La típica Astra‐ironía.
No puedo decir que es mentira, no los he visto en dos años, no sé si en verdad les hago falta o extrañan el miedo que provocabamos los cinco juntos.— ¿Me extrañan a mi o el poder en los demás borregos? — Me concentré en mi comida.
— ¡Uf, justo en donde más duele! — Dramatizó Abigail. —. Cuando te fuiste, todos dejaron de tenernos el mismo recelo que antes, ¡ese montón de desechos nos desprecia y, en vez de gritar y salir huyendo cuando nos ven se quedan de pie sin hacer nada Val, nada!Las quejas de Abi me hacían falta, siempre que algo no le gustaba, se molestaba por esto y por lo otro y lo expresaba de una manera dramática que hacía reír a todos.
— No es mi problema, ustedes me alejaron — Llevé un pedazo de corvina a mi boca —. Recuerden que todo es culpa de ella — Señalé a la que es ahora la cabecera del grupo, Evangeline. —, saben lo que me hizo — Levanté mi mano enseñándoles la palma dejándolos ver como siguió la cicatriz desde la última vez que los vi. — Es bastante grande, me recuerda a ustedes, por eso no busco taparla, con la intención de recordar quienes fueron los culpables de todo.
Ninguno supo responder, supongo que se sienten inquietud al recordar que ellos estuvieron presentes en el incidente y no hicieron nada para detener a la mayor.— Oigan, ¿p-por que no juntamos nuestras mesas? Sería lindo compartir todos juntos — Dijo Europa sudando frío tratando de romper el ambiente tenso.
Ella recibió una mirada matadora de parte de su hermana, declarando que le molestaba estar al lado mio y de Camile
Apreté la mano de Camile, expresándole que estaba en desacuerdo, quien me miró con ojos de cachorro, ella si quiere que ellos se junten con nosotras.No es como que quisiera que nuestras mesas estén juntas, solo que a ella nunca le diría que no.
Fue un rato lleno de risas y sonrisas, bromas y juegos entre ellos, Evangeline y yo mirábamos atentas a nuestros acompañantes, pues la peliblanca y yo no queremos ni si quiera coincidir en una palabra o idea.
Las copas se les pasaron a Astra, Abigail, Europa, y sobre todo, a mí.
Por enojo y despecho, bebí dos de más que no debí de haber Tomado.
En un momento, Camile se levantó para ir al baño, está tambaleando por lo que parece que el alcohol ya le está empezando a pasar factura.
La peliblanca también se levantó, y fue al baño.
Esto no pinta nada bien.
Pasó un rato, diez y siete minutos y nada que llegaban. Europa fue a buscar a su hermana, dos minutos y lo único que se pudo escuchar fue un grito desgarrador proveniente del baño.
Ese grito no es de Europa.
Es de Camile.
Mi sangre se congeló y quedé paralizada.
Astra y yo nos levantamos de nuestros asientos para ver que pasaba.
Cuando entramos vimos a Europa totalmente asustada, a Evangeline con un tenedor en sus manos, y...
Y a Camile con su vestido roto y unos cuantos cortes en su brazo, en su pierna y su dorso.
Esto no me puede estar pasando.
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University lovers| EN CURSO/EDITANDO
Randomvalentina una chica de diecienueve años se muda a francia para poder estar en la mejor universidad de todas, la universidad Paris-saclay, y elijiendo como carrera la gatronomia, donde conoce a Camile una chica francesa de dieciocho años, cuyo padre...