CAPÍTULO 2

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Taehyung había experimentado muchos días de mierda a lo largo de su vida. El día en que le sacaron las cuatro muelas del juicio al mismo tiempo y descubrió que la anestesia no había sido suficiente. Joder, esas cabronas habían dolido como el infierno. En la universidad, cuando tuvo un accidente con la moto y el personal de emergencias pensó que había muerto. Solo el casco y esa ridículamente cara chaqueta de cuero le salvaron la vida. Un par de dramáticas rupturas... Aunque, para ser justos, el drama había sido más por parte de la otra persona que por la suya. ¿Pero esto? Esto superaba con creces todo lo anterior. Adoraba a su hermana, realmente lo hacía, pero que lo enviaran de recadero a entregar el que podría ser uno de los peores mensajes del mundo, era cruel.

Más aún cuando tenía que dárselo al único hombre al que nunca habría querido hacer daño en primer lugar. No es que fuera a decírselo a Seokjin en ningún momento. O a Jongseo, para el caso. Su hermana no tenía ni idea de lo que sentía por su prometido, bueno ex prometido, al menos, nunca había mostrado indicios de ello. Seokjin había palidecido y la conmoción se reflejaba tanto en su rostro como en las expresiones de sus amigos. Hermanos. Lo que fuesen. No estaban emparentados realmente, eso lo sabía, aunque sí compartían el mismo apellido. Taehyung nunca había sido capaz de entender su dinámica. Y ahora, todos ellos parecían igualmente estupefactos.

—¿Qué acabas de decir? —consiguió preguntar finalmente Seokjin.

Taehyung inspiró profundamente. —Jongseo ha cancelado la boda —repitió—. Lo siento. De verdad que lo siento. Y créeme cuando te digo que no me he ofrecido voluntario para hacer esto, pero realmente era el único disponible.

—No... No lo entiendo. —Las palabras salieron ahogadas de Seokjin.

¿Acaso pensaba que le estaba gastando algún tipo de broma pesada? Como si Taehyung fuese a hacer eso. Pero Seokjin no lo sabía. No lo conocía lo suficientemente bien, lo que no era, en absoluto, su culpa. Esa recaía enteramente en Taehyung.

—Sé que es una conmoción y tienes que procesar demasiadas cosas —dijo tan amablemente como pudo, esforzándose por controlar la ira que bullía en su interior para que no permeara en sus palabras. Aunque entendía el porqué Jongseo había tomado esa decisión, el momento que había elegido para darla a conocer era cruel. ¿Plantar a un hombre el día antes de la boda? No. No estaba bien en absoluto.

—¿Por qué? ¿Por qué está rompiendo?

Ese era Yoongi, lo que no sorprendió a Taehyung. No conocía del todo bien a los hermanos de Seokjin, pero si tuviese que haber apostado por cuál de ellos hablaría primero, habría puesto todo su dinero en Yoongi. Las dos o tres veces que lo había visto el hombre había sido abierto y directo, y también encantador. Si no hubiese existido Seokjin, habría acabado en su cama. Soobin y Jimin parecían más introvertidos.

—A lo mejor, deberíamos sentarnos —dijo Jimin—. Parece que esta va a ser una conversación larga.

No era mala idea. Taehyung ya había contado con que tendría que pasar algún tiempo a solas con ellos para explicarles lo que sucedía. Al menos, en la medida de lo posible y hasta donde él podía entender la situación. Jongseo le había contado las cosas que le irritaban de su relación con Seokjin, y le había creido, por supuesto, pero no había sido capaz de confirmar nada de lo que le había dicho por su cuenta. Llevaba años esforzándose por mantener las distancias.

No había buscado la compañía de Seokjin ni la de su hermana y se había limitado a verlos en las reuniones familiares. Joder, no deseaba torturarse a sí mismo más de lo estrictamente necesario. Toda la situación había apestado, y ahora, en retrospectiva, se preguntaba qué habría pasado si hubiese decidido pasar más tiempo a su alrededor. ¿Se habría dado cuenta antes de todas las dudas que habían acechado a su hermana? ¿Qué habría pasado si Jongseo hubiese hablado antes? Demasiadas preguntas.

DEJADO (Libro I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora