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"Mali Clavame" "Bogueto Clavame"

—No puedo creer que acepté venir a esto —dije en voz baja para que ninguno de los tres me escuchara.

—Ya hemos llegado —anunció Armando al volante.

Y de pronto nos encontramos en uno de los bares más famosos de la ciudad "Charlotte Lascuráin", la casa del nadaqueverentismo.

Cuando Armando encontró estacionamiento, de inmediato se bajó a abrirme la puerta del auto, él me extendió una mano pero la ignoré, yo podía bajarme sola.

Mady por su parte salió sola y emocionada, en la entrada los guardias nos abrieron paso como si fuéramos las estrellas de la noche.

Y en el interior del lugar, repleto de jóvenes alcoholizados y hormonales, luces de colores y demasiado alcohol, se escuchaba el hit del momento "pobrecita", de mi cantante favorita, "aime π three".

Fernando escogió una mesa con cuatro bancos y de inmediato se lanzaron a ordenar algunas bebidas, por un momento presentí que Armando no me quitaba la mirada de encima, pero fue extraño, no supe si eso me incomodaba o me
gustaba en realidad.

—¿Te gusta el lugar? — me preguntó Armando al oído, yo solo asentí muy arisca.

— Puedo traerte cuando gustes, el bar es de mi madre

— En la madre, ¿eres hijo de la venenito? —pregunté sorprendida.

—Así es bonita, soy hijo de la dueña de este bar y de varios negocios de media ciudad.

Quedé sorprendida, tantos años estudiando con Armando y apenas me enteraba que tenía una madre empresaria.

— Mira nada más, el bogueto no solo es el chicle de Fernando — dije yo.

— Soy mucho más que eso bonita, y la verdad tú no solo eres la niña aplicada del salón, eres una chava fresca, en morra, delgada, atrevida, eres una mujer incomparable Eris.

Sorprendida por las palabras de Armando me giré para ver a Mady, pero ella y Fernando se habían ido a uno de los sillones en dónde se besaban al tiempo que se metían mano, pero lo más extraño fue que de pronto Fernando me miró.

Si, me miró mientras besaba a mi mejor amiga, pero su mirada no era cualquier mirada, sentía sus ojos analizando todo mi cuerpo, y me sentí extraña, como si quisiera unirme a esa calentura, pero no.

Volví a ver a bogueto, y me regaló una enorme sonrisa, tan linda como su rostro, no sabía si era por lo que ya había bebido, o si en verdad el chico era tan lindo, pero su rostro se iba acercando al mío y tuve que detenerlo.

— Perdón, no estoy lista — le dije apenada.

— No, perdóname a mi, Eris, creo que se me subió el alcohol, y odio que tenga que ponerme ebrio para decirte que me gustas — Armando sonaba sincero, pese a los tragos de más que traía encima

—¿De que hablas Armando, ya estás borracho verdad? — le pregunté sorprendida.

— Solo estoy diciendo la verdad Eris, me gustas, no es mentira que hoy en verdad era mi oportunidad para acercarme a ti, y vaya que la estoy pasando bien, por eso quise decírtelo todo, desde hace un tiempo siento algo por ti, todos los días en clases deseo hablarte, pero simplemente no puedo, me gana el temor.

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⏰ Última actualización: Aug 14 ⏰

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