Eres parte de mi constelación

Prólogo

Todo comenzó un cuatro de julio, había ido a visitar a mamá al hospital, el cáncer la iba matando lentamente pero a pesar de eso nunca perdía su sonrisa, Emily, mi mejor amiga, me había acompañado ese día, recuerdo perfectamente que fue una tarde muy divertida, y eran exactamente las 3:30 PM cuando nos retiramos de su habitación porque a esa hora terminaba el segundo horario de visitas, Emily me había comentado acerca de un amigo que estaba en el mismo hospital, así que me obligó a acompañarle aunque me negué varias veces, pero terminé accediendo muy a la fuerza, y a pesar de estar cansado, el acompañarla era una forma de agradecerle, ah, y también comprándole sushi.

—¿Cómo se llama tú amigo? —decidí preguntarle mientras recorríamos uno de los bastante pasillos que habían en todo el hospital.

—Joshua —fue su respuesta.

—Buen nombre.

—Lo sé.

—¿Por qué está en el mismo hospital que mamá?

—Está enfermo.

—¿De?

—Fibrosis Pulmonar Ideopatica o algo así —noté el desánimo en su voz.

—Oh, lo siento —me sentía culpable por curiosear tanto en un tema que le podía afectar mucho a Emily.

—Nah, no hay porqué disculparse, es mejor disfrutar los momentos que tengo con él.

—Buen punto.

—Llegamos —dijo Emily y seguido de eso, abrió la puerta de la habitación.

Al verlo me quedé hipnotizado con la vista que me regalaba la habitación, por Dios, el chico que se encontraba en la camilla se veía bastante lindo.

Su cabellera azabache desordenada le daba un toque sexy a Joshua y al mismo tiempo hacía resaltar su mandíbula marcada y sus ojos azules, eran tan azules que era como ver el mar a través de ellos.

«Es perfecto» fue lo único que pensé.

—¡Hola Joshua! —saludó muy animada mi amiga, característico de ella.

—Emily —dijo, cerrando el libro que se encontraba leyendo antes de que irrumpieramos en su habitación.

—Tengo a alguien que presentarte.

—Uh, visita nueva —una sonrisa se plasmó en su rostro, mostrándose interesado.

—Noah él es Joshua, aunque ya venía hablándote de él en el camino y Joshua él es Noah, el chico del que te hablé desde hace semanas —nos presenta.

Él me extendió la mano y yo acerqué la mía para estrecharla:—Un gusto conocerte Noah, me siento halagado de que te hayan hablado de mí.

—Igualmente.

—Espero que Emily no haya hablado de todo lo malo que he hecho, ¿Verdad Emily? —intentó sonar intimidante pero me terminó causando ternura.

Mi amiga se cruzó de brazos:—Sabes que nunca lo haría aunque me lo pidieras, idiota.

—No demuestres tanto lo mucho que me amas, tenemos visita, no quiero que se sienta incómodo —yo sólo me reí y Emily rodó los ojos.

Y al cabo de un rato estábamos platicando de cualquier cosa con Joshua, que se encontraba alegre, sus carcajadas resonaban por toda la habitación del hospital y me gustaba el sonido que emitían.

Sin darme cuenta, después de cada visita con mi mamá intentaba salir de su habitación minutos antes de que se acabara el horario de visitas para poder ir, con o sin Emily, a la habitación de Joshua a hacerle compañía y eso poco a poco me hizo desarrollar cariño hacia él y eso era una tortura, porque sabía que me dolería verlo partir.