Capítulo 1

22 3 0
                                    

«When I go out into the world I just don't
like what I see, you could call it Paradise, but it  looks just  like Hell to me».
(Cuando salgo al mundo no me gusta lo que veo, podrías llamarlo Paraíso, pero a mí me parece el Infierno) .
Never Know, Bad Omens.


Tres meses antes.
Venecia.

Hace dos meses fui llamada a presentarme ante Bruno Cariasco, Don de la Famiglia, organización que hasta hace unos cuatro años atrás poseía todo el control sobre el territorio toscaniense. El mero hecho de pronunciar el apellido Cariasco suscitaba una expresión aterrorizada entre los habitantes.

Cuando la Famiglia comenzó a perder el control sobre los territorios más importantes de la ciudad, los más débiles estaban esperanzados ante la posibilidad de ser libres del yugo que los oprimía, pero todo empeoró. Marcos Viante, el Don de la Nostra Città se convirtió en la pesadilla que amenaza con destruirte cuando vas a dormir cada noche. En un corto período de tiempo se hizo con gran parte de Toscana haciéndole perder poder a Cariasco, por lo que no me asombró cuando este último me asignó la misión de infiltrarme en la Nostra Città y destruirla desde adentro, pero digamos que formar parte de ella no es tan fácil, lo que nos lleva a lo que va a suceder dentro de unas horas. Necesito un boleto de entrada, y en eso he estado trabajando estos últimos meses: en cómo poder llevar a cabo el robo que va a ocasionar un verdadero escándalo, suficiente como para permitirme conseguir mi objetivo.

Entro al almacén en el que acordé encontrarme con uno de los sirvientes de la mansión de los Golucci, donde sucederá el robo.

—Aquí está la invitación que me pediste. Está bajo el nombre de Passione Falcioni para evitar sospechas tal y como me lo indicaste —dice extendiendo el sobre hacia mí.

— ¿Ya arreglaste el asunto de la lista de invitados?—respondo tajante logrando que el chico comience a mostrar signos de nerviosismo.

Tan fáciles de inquietar.

—Agregué tu nombre. No debe haber ningún problema que obstaculice que puedas entrar pasando desapercibida.

Extiendo hacia él una bolsa con algunas monedas.

—La otra parte se te será entregada esta noche. —Hago una pausa—. ¿Está todo preparado para que pueda escapar?

—Dejé la soga detrás del armario en la habitación que acordamos. Llegado el momento, la voy a estar esperando abajo con un caballo para que logre escabullirse—responde mientras observa a cada rato la salida como si no pudiera esperar más por irse.

—Tranquilo, no te voy a hacer daño, necesito todavía de ti. —Se tensa y el miedo se plasma en su rostro—. Sé lo que es tener que hacer cosas que nos avergüenzan para ayudar a nuestra familia, principalmente si uno de ellos está muriendo y necesita de medicamentos muy caros que un simple obrero no se puede permitir —murmuro, logrando que sus ojos desvelen sorpresa.—Ve a cuidar a tu madre, te debe estar necesitando.

— ¿Cómo…cómo lo sabes? —pregunta con su respiración entrecortada.

—Digamos que tuve que investigar para cerciorarme que fueras de confianza. —Alcanzo otra bolsa, pero esta vez con un contenido diferente.

—Gracias —murmura cuando la abre y observa algunas medicinas—. ¿Cómo supiste cuáles eran las indicadas?

—Tuve a alguien en la misma situación que tu madre —carraspeo al notar un escozor en mis ojos por los recuerdos que todavía atormentan mi mente,a pesar del paso de los años—. Nos vemos esta noche.

Comienzo a alejarme del local cuando unas manos se sujetan de mi abrigo y no me permiten continuar mi camino.

—Una moneda, por favor —susurra la anciana escuálida junto a mí que sin dudas, lleva varios días sin probar bocado. Observo con atención su rostro, deteniéndome en la mirada sin vida y asustadiza que desvelan sus ojos ámbar.

Juego de poder Donde viven las historias. Descúbrelo ahora