Capitulo 0

408 30 16
                                    

"Introducción".

Sanji sabía que lo que sea que estuviera pensando justo en esos momentos no estaba bien.

Sanji sabía que debía dejar de mirar, antes de que se siguiera hundiendo más y más.

Sanji sabía que los sueños que había comenzado a tener, y que en un pasado había tenido, no estaban bien.

Sanji sabía que debía parar con lo que estaba comenzando a sentir en su interior.

Pero Sanji no sabía como hacerlo, no tenía idea de como parar algo que no podía controlar, y mucho menos entender.

Sanji siempre había sido un tipo sincero cuando de demostrar lo que le gustaba se trataba, para él era fácil decir lo mucho que le gustaban las mujeres, halagarlas hasta cansarse si era posible, también consetir todo lo que podía a sus compañeros, por supuesto a su manera, y desmostar cuanto disfrutaba pelear lado a lado junto a ellos. Pero sobretodo, Sanji siempre demostraba cuanto le gustaba cocinar sin vergüenza.

Es por eso que no temía decir que siempre había sido un tipo que prefería los pechos antes que un buen trasero, claro que nunca se quejaba si podía tener ambos, pero sus ojos sin poder evitarlo viajaban directamente a los pechos de las bellas damas, para después deshacerse en alabanzas por ellas.

También era un tipo con bastante confianza en sí mismo, por lo tanto podía reconocer cuando una persona era hermosa o simplemente estaba buena, no importaba el sexo, Sanji fácilmente podía aceptar que las personas eran guapas, y que también algunos hombres estaban buenos, y eso no lo volvía menos heterosexual.

Pero últimamente, o mejor dicho, específicamente desde que se reencontró con sus compañeros después de dos años de no verlos, no había podido dejar de pensar en alguien en especifico, y moría de vergüenza porque esta vez no era ninguna de sus hermosas damas.

Sanji aceptaba que su estúpido compañero de cabello verde era un hombre agraciado, aunque le costara más que a nadie tener que aceptar esto, por lo tanto, jamás podría decirlo en voz alta. Era así incluso aunque el hombre pareciera bañarse una sola vez al año, y tener la cabeza llena de moho o que sus modales no eran los mejores, Sanji sabía que Zoro siempre había sido guapo.

Pero esta vez, cuando lo volvió a ver después de dos años, había algo en él que era diferente y que le resultaba vergonzosamente atrayente a tal punto que solía mirarlo más tiempo de lo debido. Tal vez era que su cabello ya no le parecía tan tonto, aunque siguiera pensado que lucia sucio como una alga, o que ahora era solo un par de centímetros más alto que el, o que su sola sombra podía empañar por completo a la suya, o que sus hombros parecían más fuertes y resistentes que nunca, o que el kimono habierto en el pecho le daba un toque demasiado atractivo, o que la falta de su ojo lo hacía ver más rudo y serio, o que la cicatriz que cruzaba todo su pecho nunca le había parecido tan jodidamente sex...

Mierda.

Ahí estaba otra vez el tren de pensamientos que lo dejaban perturbado por las noches sin poder conciliar el sueño. Era peligroso el camino a donde se dirigían, era peligroso la forma en que su propio cuerpo reaccionaba de solo pensarlo, era peligroso, peligroso, peligroso.

Pero no podía pararlo, no tenia la menor idea de que le sucedía.

Tal vez estaba enfermo, o simplemente la idiotez del musgo y la de su capitán lo había alcanzado también a él, lo que sea que fuera, lo estaba asustando completamente.

Porque Sanji no debía de mirar, él sabía que tenía que desviar la mirada, pero se encontraba a si mismo observando atentamente la forma en que los pectorales del espadachín se contraían cuando hacia ejercicio o cuando cruzaba los brazos, o maldita sea, cuando simplemente existía.

Sanji siempre había amado los pechos, pero demonios, nunca antes había querido tanto tocar los de alguien hasta ahora, y ese deseo era provocado ni más ni menos que por su enemigo mortal, aunque ahora no podía seguir pensando de la misma manera, no cuando pensamientos pecaminosos, y vergonzosos, pasaban por su cabeza cada que lo veía, porque eso de ninguna manera lo podría sentir contra un enemigo de verdad.

Mierda y más mierda. Sanji sentía que en cualquier momento iba a enloquecer por completo, y como le gustaría culpar al maldito marimo por ello, pero todo lo sucedido en su interior no era más que su propia culpa y la de su podrida cabeza.

Ahora entendía porque el espadachín lo llamaba cocinero pervertido.

Estaba perdido.

_______

Esta es literalmente la primera historia zosan que cree, (hace un tiempo largo atrás), y justo hace unos días estaba revisando mis notas entonces encontré esto que se me olvido completamente publicar debido a que no me la tome tan formal, porque de esa llegó la inspiración para crear mi primera historia si publicada, pero no podía dejar esta joyita (realmente me la pase bomba corrigiéndola) sin wattpad.

Creo que se notará la diferencia que con las otras, porque no es tan seria, por lo tanto, no esta tan redactada como las otras, pero aún así espero le den una oportunidad.

Además que la publico a modo de disculpas por dejar de publicar mis otras historias por tanto tiempo, no prometo hacerlo pronto otra vez, porque realmente no tengo la cabeza para hacerlo, pero como esta ya esta completa, sólo necesita correcciones, por eso se las dejo a manera de tapar ese hueco que estoy dejando.

Así que una vez más, espero les guste tanto como a mi me gusto crearla y releerla un par de veces más, por que esto se me ocurrió al pesar en que pensaría Sanji al ver el cambio físico tan prominente que había tenido Zoro, y pues salio esto.

IF.

"Sanji lo sabe" [ZoSan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora