Capítulo 2: La Atracción

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Con el paso de los días, Orm regresaba a la librería, siempre con una excusa para ver a Lingling. Pasaban horas hablando de todo y de nada, descubriendo poco a poco sus respectivos mundos. Lingling estaba fascinada por la manera en que Orm veía el mundo, a través de colores y formas, mientras que Orm estaba encantado por la dulzura de Lingling y su amor por las palabras.

Una noche, Orm invitó a Lingling a su exposición. Ella aceptó, curiosa por descubrir el universo artístico de ese hombre que ahora habitaba sus pensamientos. En la galería, las pinturas de Orm revelaban una parte de él que nunca había compartido con nadie. Sus obras estaban impregnadas de nostalgia, una belleza cruda y una tristeza palpable.

Lingling comprendió entonces que Orm llevaba una profunda herida en su interior. Al intercambiar sus historias, supo que había perdido a alguien muy querido, una tragedia que había dejado una cicatriz indeleble en su alma. Lingling sintió que su corazón se apretaba por él. Sabía lo que era vivir con heridas invisibles.

El Abrazo de los Destinos Cruzados Donde viven las historias. Descúbrelo ahora