Capítulo 4: La Revelación

84 7 0
                                    

Pasaron semanas, y Lingling casi perdió la esperanza. Hasta que un día recibió una carta. Era una invitación a una última exposición de Orm antes de su partida hacia Bangkok. Sin dudarlo, ella asistió.

En la galería, descubrió una obra que la dejó sin palabras. Era un retrato de ella, rodeada de libros, con la mirada perdida en sus pensamientos. El cuadro capturaba toda la belleza y fragilidad de Lingling, tal como Orm la veía. Al lado del cuadro, una simple nota: "Gracias por mostrarme que la luz aún puede brillar en la oscuridad."

Orm apareció detrás de ella, con la mirada suave pero decidida. "Tuve que irme para entender lo que significas para mí", dijo en voz baja. "Eres mi musa, mi luz. Estoy cansado de huir. Quiero intentarlo, contigo."

El Abrazo de los Destinos Cruzados Donde viven las historias. Descúbrelo ahora