La extraña sensación del ser un todo sin ser nada.
Vivir en el constante limbo que existe entre ser amigos y ser más que eso.
Una definición inexistente. Un pequeño infinito de posibilidades limitadas por la naturaleza de su origen. Eso somos.
Confusión y claridad. Todo y nada. Luz y sombra. Si y no.
Entre la intensidad de sus besos recordé el por qué. Mi por qué. Mis inseguridades proyectadas en miedo.
La dualidad del arriesgarse para ganar o perder. Pero si siempre pierdo, ¿Acaso tiene caso intentar?
Destino o casualidad. Ya no es irrelevante. Y eso es algo intimidante.
Es increíble como en cuestión de segundos todo cambia.
No se que siento, no logro entender. Pero cuando sonríe y se le achinan los ojos me pierdo por una milésima de segundo.
No me permito sentir. Aunque me robó varias sonrisas sin darme cuenta.
Pero da igual, me pondré al límite para evitar sentir. Porque si lo hago se irá, como todos. Desaparecerá y no creo estar lista para el inhóspito vacío que su presencia pueda dejar en mi.
¿Cómo pensar en un futuro si se siente mal el presente? No estoy en paz con mi puto pasado.
Algo único, algo fugaz. Rápido o lento, rompamos la ley pero no la de atracción.
A través del espejo cruzando miradas.
Mis grises han pillado su color.
Somos colegas.
Detén el tiempo vamos a charlar. Entre colillas de cigarro y algo de alcohol quizás esté bien no ser.
Tanto afán por hacer que te quedes. Pero si te vas vuelve a mi.
No hay nada más hermoso que tenerte aquí, quiero olvidar lo malo y bailar frente a ti. Empaquemos los problemas y botémoslos por ahí.
Siente esta conexión, If you don't believe me, kiss me.
Quemando el tiempo para volver a verte, a punto de dejar todo a la suerte. Me tiene loca ese tattoo.
Bebé me estás haciendo mal y eso ya no puedo cambiarlo.
Y si se apaga la luna, y se van las estrellas, un lindo recuerdo seremos quizás.
-Entre el cielo y el suelo.

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3:00am
شِعرEntre el cielo y el suelo. Solo poemas sobre un enredo de emociones que ni la misma autora logra entender. Por una sonrisa sexy que me hizo perder el norte cuando ni brújula tenía. Para ese dulce capricho que nunca tuvo un final porque nunca inici...