──Y como verás, colaborar con Sparkleeng en la próxima temporada de invierno puede beneficiarnos como casa de moda, y no sólo eso, la prensa se volverá loca; estaremos en primeros planos, nuestros diseños estarán en cada tienda exclusiva de manera limitada para que la estrellas más grandes las adquieran ──contaba la mujer con mucha emoción y gesticulando con sus manos al aire.
──Mmh ──asintió Sana sin saber qué responderle a su jefa.
Elvira miró a la japonesa por un momento y su entrecejo se frunció. Le resultaba raro que con la emoción que se expresaba, Sana parecía tensa y de muy pocas palabras, a diferencia de otros días en los cuales era costumbre de la rubia parlotear sin que nadie la detenga. Pues era una chica de personalidad burbujeante y alegre.
──Mmh... ──la imitó la mayor con una mueca de lado y acomodándose más recta sobre su asiento, sin embargo, pronto recobró la sonrisa, no queria contagiarse de ese ánimo. ──, a lo que quiero llegar, querida Sana, es que necesitamos tu ayuda...
Sana alzó la vista expectante. ──¿mi... ayuda? ¿p-para qué?
Elvira soltó una risa sin gracia. ¿Era en serio su pregunta?
──¿Qué clase de ayuda esperas que pida a la joya de mi imperio? corazón, eres nuestra diseñadora estrella y la favorita del público. Todas tus colecciones se agotan en segundos.
Sana relajó la mirada y suspiró. Era obvio, pero había tenido tan metida esa idea de renunciar que no pensó que tal vez la alemana la necesitaba.
¿Podría mentirse a ella misma?
Sparkleeng compartía junto a Mondblume el puesto a las mejores casas de moda, si fuera una película ambos estarían compitiendo y saboteándose mutuamente, sin embargo, ahora los contrarios querían negociar para crear una colección exclusiva de temporada invernal.
Eso subiría el status a niveles exageradamente altos.
Una oportunidad única. Sin embargo, la decisión ya estaba tomada.
──Elvira, no puedo hacerlo.
La amplia sonrisa de la mujer cayó de repente y su expresión se tornó más sombría.
──¿Qué? ──preguntó con la voz baja.
──He venido hoy para hablar contigo sobre otro asunto ──ignoró por completo la pregunta. ──, he traído mi carta de renuncia, lo siento mucho, pero ya no puedo seguir trabajando en Mondblume. ──sacó de su bolso el sobre donde yacía su renuncia y la extendió sobre el escritorio.
La alemana soltó una carcajada con sarcasmo y tomó el sobre. ──¿qué cosas dices, Sana? ¿acaso te pasaste con la azúcar en tu café está mañana?
Sana no dijo nada y solo la observó con seriedad.
Preiss supo que no estaba jugando.
──¿En serio? ──preguntó como si no fuera obvio, Sana arqueó una ceja y asintió. La mujer volvió a reir sin gracia. ──mira, Sana, no sé qué te ha dado hoy para hacerme estas bromas ──rió sin gracia, extendió el sobre nuevamente a la menor. ──, así que toma tu "renuncia" y vuelve a tu oficina, confío en que me darás una colección espléndida para la temporada de invierno.
Tal vez si le iba a la contraria pararía con el tema y todo seguiría normal.
O eso quiso pensar.
──No me estás tomando en serio. ──Sana se cruzó de brazos.
──Así es corazón, ahora vuelve a tu trabajo. ──la mujer sonaba serena y muy segura.
Sana tomó un respiro muy corto, y dispuesta insistió nuevamente:
──Elvira, he venido a presentar mi carta de renuncia, ya no tengo la intención de trabajar aquí. Te opongas o no, es una decisión que ya he tomado. ──Recalcó con firmeza y nuevamente deslizó el sobre frente a la mujer.
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remember summer days ; satzu
FanfictionDespués de un tiempo viviendo en el extranjero, ante el ojo de las cámaras, las grandes multitudes y pasarelas que la aplaudían, la joven diseñadora Minatozaki Sana decide volver a su hogar en un pueblo a las afueras de Corea. Sin tener previsto que...