"Señales" | Ep1

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Francesca

-No digas pavadas flaco, a nadie engañas vos.

-Shh. Si no hablas me creo hasta a mí mismo al menos.

Y ahí nos encontrábamos, mi mejor amigo que era como un hermano y yo, honestamente no era como que si estuviéramos haciendo gran cosa, ¿No? Pero sí estábamos pasando un buen rato en mi apartamento. Recientemente me acababa de mudar, sin embargo, tenía mi apartamento totalmente organizado y ya amueblado.

Llevaba como una semana ahí, y era lo mejor, buenos aires era lo mejor.

Vivía en un edificio qué, para mí honestamente era caro, más que todo por la ubicación, sin embargo, era totalmente mío, y lo había conseguido con mi total esfuerzo, cosa de la que mis viejos estaban totalmente orgullosos.

Muy a pesar de qué mi familia era, digamos que clase alta y muy fácilmente me podrían haber comprado hasta dos si quisiera me negué a ello, nunca me gustó la idea de hacerlos gastar, aunque eso a ellos no les pese absolutamente en nada.

-Che, mi vieja me está llamando, tengo que irme a mi casa..- Dijo mi amigo martín.

-Bue, igual ya era hora, vives literalmente en mi casa y sin pagar viste.- Dije mientras que nos reíamos ligeramente.

-Chau cesca, te quiero. Cuídate eh, que todavía hace falta que consigas al cuñado que tanto deseó conocer, la soledad en exceso no es tan buena como parece.- Me dijo mientras salía de mi apartamento, y antes de siquiera responder ya se había ido.

Matías andaba en una carrera porqué se iba a mudar a otro país con sus padres, por más loco que sonara. Y digo éso porqué era demasiado pronto, así que evidentemente a mí esa noticia me cayó como balde de agua fría, solo que me lanzaron el agua con todo y balde encima de la cabeza.

Iba a ir a un concierto de Gustavo Cerati más tarde, no sé, el tipo tiene unas canciones hiper mágicas que te llevan a otro mundo. Considero que lo mejor que he escuchado en toda mi existencia a parte de pink floyd y led zeppelin ha sido Gus.

Quisiera conocerlo algún día. Pero no lo veo tan posible.

Mejor nos dejamos de lamentar y nos vamos a una tienda de discos para calmar un poco las aguas, imposibles e complicados los nervios que me dan los conciertos. No sé aún por qué.

Cómo ya de por sí cargaba un buen fit, simplemente tome mi chaqueta de cuero negra, me puse mis botas, fuí a por mi bolso también, rápidamente agarré las llaves y abrí la puerta para salir de ahí. Noté también que mis manos me estaban temblando un poco al sentir algo de ansiedad. Así que me detuve para sacar un cigarro y encenderlo.

Cerré esa puerta mientras me dirigía al camino de mi felicidad; Las tiendas de discos o música. Amo esas tiendas, no sé que carajo tienen pero son lo mejor de lo mejor, no puedo evitar enamorarme de cada cosa que veo así por más mínima que sea.

-Dios te amo.- dije cuando ví que la tienda estaba abierta, iba a aprovechar de comprar también unas cosas que sabía que me encantarían. También algunos que otros albumnes y unas que otras cuerdas y púas para mis guitarras.

Rebuscar entre los albumnes es como meter tu mano en un hueco sin fondo, no sabría cómo explicarlo, es raro, porqué ves de todo menos lo que buscas específicamente, y lo que buscas lo encuentras en las secciones mas raras posibles.

Fuerza Natural | Gustavo Cerati Donde viven las historias. Descúbrelo ahora