Juramento

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Kisaki se encontraba en su escritorio, escribiendo en su cuaderno una infinidad de números bajo la atenta mirada de Hanma, quien estaba de pie a su lado, buscando entender el propósito de esos miles de números escritos en la hoja.

-No entiendo, ¿para qué sirve eso?- preguntó de la nada, sacando de su concentración a Kisaki.

-Son ecuaciones, Hanma, no lo entendieras- le respondió con simpleza, volviendo a escribir sobre el papel.

-Tienes razón- soltó una carcajada tras darle la razón al moreno, consiguiendo una linda sonrisa de su parte.

-Idiota- lo nombró con diversión, logrando provocar otra carcajada en Shuji.

-Y amas a este idiota- se agachó un poco tras terminar su frase, besando rápidamente la mejilla de su pareja.

-No hagas eso- con nerviosismo intentó alejar al de mayor altura, recibiendo carcajadas como respuesta.

-No seas así- con tristeza fingida le suplicó al moreno, abrazando su cuello con fuerza.

-Hanma... Me quitas el aire- con dificultad se quejó, buscando con desesperación un poco de libertad.

-Que lindo eres- volvió a reír, encantado de tener tan cerca a su pareja y negándose a siquiera apartarse un poco.

Kisaki se quedó en silencio, resignado a pasar el resto de la tarde entre los largos brazos de su pareja.

-Vamos a la cama- con calma logró levantar al moreno, recibiendo un quejido de sorpresa como respuesta.

-Tengo que hacer mi tarea- miró su escritorio desde su cama con preocupación, retomando su intento de escapar de Shuji.

-Hmm... No- con alegría traviesa le respondió, apretando más el agarré que tenía sobre Kisaki.

Tras unos minutos de pelea se rindió, dejándose abrazar por el alto, agradeciendo internamente la terquedad de su chico, después de todo deseaba tener un par de horas para relajar su mente.

-Oye, Saki- llamó con una voz más relajada a su pareja, aflojando el abrazo con el que lo sujetaba.

-Dime- respondió con un tono cansado, manteniendo los ojos cerrados para poder calmar el dolor que tenía en ellos.

-Quiero que hagamos un juramento- le pidió con seriedad, logrando llamar la atención de su moreno.

-¿Juramento?- con duda preguntó, levantando la cabeza para mirar al chico de tatuajes.

-Una promesa de amor- le sonrió dulcemente mientras volvía a abrazarlo con delicadeza.

-Ya veo- cerró los ojos para pensar antes de sonreír como pocas veces lo hacía -Me parece bien.

El más alto lo miró con ojos de amor antes de sacudir su cabeza y empezar con su juramento -Quiero que prometas que nuestro amor será inmenso, incluso cuando estemos viejos- le pidió con una suave sonrisa, aunque aquello sonó más como un ruego.

-Lo prometo- le devolvió la sonrisa mientras sujetaba su meñique con delicadeza -También prometo que aunque caigas en la locura, te amaré- agregó con una sonrisa maliciosa, logrando sacarle una carcajada al alto.

-¿Estás insinuando algo?- le cuestionó mientras pegaba más al moreno a su pecho.

-Cuando seas un viejo con esquizofrenia, yo me encargaré de darte tus medicamentos- le informó entre risas, intentando huir de su novio.

Pronto la habitación se llenó de carcajadas y gritos, empezando a crearse un ambiente cálido alrededor de la joven pareja, que entre risas alegres se prometían mil y un cosas.

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No cabía en su cabeza la escena que estaba presenciando. Su dulce moreno se encontraba muerto en esa carretera, luciendo horriblemente desfigurado.

El de tatuajes se acercó a paso tambaleante, arrodillándose en cuanto llegó al lado del ya muerto Kisaki.

Con cuidado levantó la cabeza del chico, temiendo romperlo más. Acercó sus labios y dejó un último beso en la fría frente del rubio.

Tras unos segundos el llanto se hizo presente. Las calles se llenaron de estruendosos alaridos lastimeros, indicando el dolor que aquel joven sentía tras ver a su ser amado muerto.

Volvió a dejar el cuerpo en el pavimento, aunque antes le quitó los lentes al moreno, recordando vagamente cuando su chico se quejaba del hecho de dormir con los lentes puestos.

Miró una última vez el cuerpo de su amado antes de salir corriendo tras escuchar la sirena de la ambulancia, tragándose el resto del llanto que deseaba soltar, centrándose más en huir de la escena.

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El cigarrillo desgastado cayó al suelo, siendo pisado a los pocos segundos. Hanma miró con aburriendo la colilla antes de entrar al cementerio, mirando cada una de las lapidas hasta topar con la que era de su interés.

-Hola Kisa, ¿cómo estás?- preguntó con un tono apagado, mirando con una dolorosa sonrisa el trozo de piedra.

Lo único que recibió como respuesta fue el suave viento que chocaba con su rostro, haciéndole sentir frio, frío que le indicaba que estaba más vivo que nunca, aunque aquello no sea lo que aparentaba.

-Sabes, compré esto- continuó hablando con la lápida mientras daba a relucir una cajita con dos anillos -Este es para ti- mencionó antes de poner el anillo en la hoja de una de las flores -Cumpliré con nuestra promesa y te amaré hasta envejecer, incluso te amaré cuando esa un viejo loco con problemas mentales- terminó la frase y soltó una carcajada, carcajada que se convirtió en llanto en cuestión de segundos -Sé que eres cruel, pero en serio... ¿Por qué me abandonaste?

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Con una perfecta sonrisa fingida miraba a los que eran sus nuevos amigos, quienes no dejaban de hablar, causando en Hanma un poco de molestia.

-¿Por qué tan sólo, Shuji?- le preguntó Madarame mientras pasaba su brazo por el cuello de Hanma.

-Que te importa- le respondió con desdén, alejando al rubio de un empujón.

-¿Y ese anillo?- cuestionó Shion mientras señalaba la mano del alto.

-Según Hanma, es porque está casado- respondió Ran antes de soltar una carcajada.

-...- Shuji miró con odio al Haitani mayor, acercándose de manera peligrosa al chico de trenzas.

-¿En serio te vas a enojar?- le preguntó Rindou con burla, mirándolo con falsa lastima.

-No es que estemos ofendiendo a tu supuesta espo- - un fuerte golpe se estrelló en la cara del mayor de los Haitani, impidiéndole terminar su frase.

-Cállate idiota- le advirtió antes de irse con las manos en los bolsillos, dejando confundidos a los integrantes de aquella pandilla.

-Estoy empezando a creer que Hanma en serio está casado- mencionó Shion mientras veía la espalda de del tatuajes desaparecer.

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Ay Kisaki, si no te querías casar sólo tenías que decirlo, no era necesario tanto drama.

Que buena forma de empezar mi regreso, una historia triste de estos dos.

Tengo otra historia en borradores, saldrá el día que acabe mi torción testicular.

Bueno, ando escaso de ideas, denme ideas 🐥💦

One-short Hankisa (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora