La espera me tenía en vilo. Me encontraba en la biblioteca, mi lugar favorito , y aunque estaba inmersa en un libro , mi mente no podía dejar de pensar en él. Había algo inquietante y emocionante en la anticipación. Mi corazón latía con una mezcla de nervios y expectación, especialmente porque la mañana había empezado de una manera inusual. Me había cruzado con alguien que me hacía dudar de mis propios sentimientos hacia él, y esa confusión solo aumentó mi intriga.Finalmente, lo vi llegar. Mi nerviosismo se convirtió en una oleada de rubor que me cubrió como un tomate . Cada paso que daba hacia él se sentía como una eternidad. Briana, mi mejor amiga, pronto notó mi estado y, con una mezcla de curiosidad y diversión, sugirió que nos acercáramos. Mientras nos acercábamos, sentí cómo el calor de mis mejillas aumentaba.
Briana, siempre directa y sin rodeos, empezó a hablar con la encargada de la biblioteca, una mujer con una inclinación por las bromas y los comentarios mordaces. Al principio, pensaba que todo era una coincidencia, pero a medida que la conversación se alargaba, me di cuenta de que había algo más en juego. La encargada comenzó a hacer pequeñas burlas sobre mi evidente nerviosismo, lo cual sólo aumentó mi ansiedad. Era como si todos en la biblioteca pudieran sentir la tensión en el aire.
De repente, me encontré paralizada cuando la encargada me llamó para "ayudar" a ordenar algunos libros junto a él. Mi mente se llenó de dudas y temores, pero ¿qué podía perder al intentarlo? Reuniendo todo el coraje posible, me dirigí hacia ellos. Al acercarme, traté de mantener una actitud relajada, aunque mi corazón seguía latiendo con fuerza.
Mientras organizábamos los libros, aproveché la oportunidad para conversar. Aiden, como se presentó, parecía relajado y amigable, y la conversación fluyó con una naturalidad inesperada. Me contó sobre el , su trabajo, y ofreció detalles sobre su infancia, sus padres y su hermano. Fue fascinante descubrir que compartíamos algunos intereses, como el gusto por la química. Me sorprendió gratamente encontrar puntos en común que me hicieron sentir más conectada con él.
La conversación continuó de manera amena y fluida, y me di cuenta de que disfrutaba cada momento a su lado. Durante el intercambio de palabras, Aiden mencionó que era boxeador, lo que me llevó a una propuesta inesperada: entrenar juntos al día siguiente en el gimnasio al que solía ir después de la escuela para hacer ejercicio.
El entusiasmo en su voz me animó. Acepté la invitación, sintiendo una mezcla de curiosidad y anticipación por lo que el entrenamiento podría significar para nosotros. La perspectiva de compartir una actividad con él, de conocerlo en un entorno diferente, me pareció emocionante y prometedora.
Salí de la biblioteca con una sonrisa en el rostro, mientras el resto del día se deslizaba ante mí con una nueva esperanza. Lo que había comenzado como un encuentro casual en la biblioteca ahora se estaba convirtiendo en una oportunidad para explorar algo más profundo. La expectativa del día siguiente me mantenía despierta, y no podía evitar preguntarme qué nuevas sorpresas me depararía el destino.
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El Secreto De Tus Ojos
Teen FictionSus ojos esos ojos que me hipnotizaban,esos que busqué y no encontré en nadie más, solo en el, los mismos que amé y traté de no recordar, esos ojos de los que me enamore, pero ellos no estaban enamorados de los míos.