Sergio Michel Pérez Mendoza. Max leyó el nombre. Lo sabía de memoria, y como su dueño, su nombre era bonito, y por eso Max lo incluyó en el nombre del equipo de Fórmula 1 que creó: Perstappen Racing. Era su legado, y como Checo había sido parte importante de su vida, Max tenía que incluírlo. Por eso, ambos se encontraban en la ceremonia de la FiA. También, habían creado una fundación a nombre de Checo.
Las arrugas en la frente y en los ojos de Checo se habían hecho prominentes, pero el paso del tiempo no era en vano, y Checo era como un buen vino.
—Ya no soy una WAG, ahora soy tu esposo trofeo— Checo le susurró al oído, y su risa le hizo cosquillas.
Checo había llegado a sus treinta, mientras que Max había alcanzado los cuarenta. Las canas se habían hecho presentes en el pelo rubio, pero Max seguía manteniendo su sex appeal. Él había entrado a la lista de los hombres más poderosos y atractivos. En la mesa, todos sus hijos se encontraban como apoyo, aunque Kimi y Liam estaban allí porque Kimi era uno de los mecánicos en Perstappen Racing y Liam había iniciado su carrera en la F1 como piloto de reserva para Red Bull. Pato y Rafa querían convertirse en pilotos y Yuki también había mostrado interés en seguir los pasos de Max, mientras que Paul pronto comenzaría la universidad para prepararse como animador. Él siempre cargaba con su tablet de dibujo. En su aniversario, Paul les había dado como regalo un corto animado que relataba su historia. Había sido un regalo muy especial.
Por supuesto que Ollie también estaba junto a Kimi. Habían cumplido dos años de matrimonio.
Para Checo y Max, no había sido fácil aceptar que sus hijos estaban creciendo. Kimi había abandonado el nido antes de casarse con Ollie y graduarse. Sabían que muy pronto los mellizos también buscarían su propio lugar.
—Tal vez, podamos irnos antes. Esto es aburrido— Max le habló al oído a Checo.
Siempre había detestado este tipo de eventos, y solo asistía por la comida y las bebidas.
—Estoy de acuerdo. Me siento asfixiado con la corbata.
—Oh, pero cariño, te ves demasiado bien. Solo quiero llegar a casa y desvestirte.
—Entonces, ¿qué estamos esperando?
Se excusaron diciendo que irían al baño, pero Kimi sabía que estaban mintiendo y asintió, él regresaría a sus hermanos a casa cuando la ceremonia terminara. Kimi rodó los ojos, algunas cosas jamás cambiarían.
Checo se quitó la corbata, mientras Max hizo rugir el motor del auto. Se estaban riendo como dos adolescentes que estaban a punto de ser descubiertos. Porque para ambos siempre había estado claro que ni la muerte podía separarlos.
Bonus: A Duckling's Love Story
Oscar se había vuelto un visitante de la casa Pérez-Verstappen debido a su relación de amistad con Liam y Paul. Además, la dinámica de la familia lo hacía sentir como en casa. Sin embargo, días atrás había notado que la mirada de cierto miembro lo seguía. Patricio, 'Pato' para los amigos y tú puedes decirme como gustes, el niño se había presentado. Oscar quería echarse a reír, porque no había posibilidad que un niño de trece años estuviera flirteando con él, simplemente no.
Pero, Pato aprovechaba cualquier oportunidad de quedarse a solas con él. Había recibido flores y dulces por parte de él, y sentía pena tener que rechazarlo cuando él decidiera hacer un movimiento.
—Tu hermano es raro— Oscar le dijo a Liam.
—Oh, es porque a papá se le cayó de bebé.
Paul le enseñó su dedo medio y Liam solo se rió.
—No. Me refiero a Pato.
Liam y Paul se miraron. Había una gran diferencia entre el niño que había llegado a casa y en el que se había convertido, así que no entendían a qué se refería Oscar. Pato era un niño sociable y su naturaleza extrovertida era como un sello personal.
—¿A qué te refieres?— Liam y Paul se interesaron.
—Me regala flores y dulces.
De nuevo, los mellizos compartieron una mirada, descifrando lo que eso significaba.
—Aww, eres el primer crush de Pato— Liam lo empujó, y Paul también.
—No dejes que papá Max escuche eso, o dejarás de ser bienvenido, como pasó con Ollie. Pero, luego lo superó.
Oscar no dijo nada al respecto. Era un hombre de pocas palabras, y no sabía si era una coincidencia que Pato fuera totalmente opuesto.
*Ahora si fin. Qué puedo decir? Me gustan las parejas raras.
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A Traditional Wife
FanfictionChestappen AU -¿Sabes cocinar?- Max le preguntó al extraño cuando logró safarse de la multitud que lo rodeaba. -Eh, si, claro- Sergio respondió. -¿Sabes hacer las labores del hogar? Sergio unió las cejas. Había vivido solo desde los dieciocho, por...