Capítulo V: Más Allá del Campeón

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Tyson Granger siempre ha sido el alma del equipo, el joven entusiasta que nunca deja que nada lo derribe... al menos, en la superficie. Su risa contagiosa y su energía inagotable han sido un pilar para los Bladebreakers desde que comenzaron a competir juntos. Pero debajo de esa fachada alegre, Tyson lleva una carga que muy pocos han notado.

Con el paso del tiempo, las bromas de sus amigos sobre su carácter infantil, sus modales en la mesa, y su apariencia física han comenzado a dejar cicatrices. Aunque todos creen que Tyson se las toma con humor, en su interior, cada comentario empieza a acumularse como un peso que le cuesta más y más llevar. La imagen de campeón que tanto ha trabajado para mantener empieza a desmoronarse lentamente.

Liana, quien se ha vuelto parte del equipo, es la primera en notar que algo no anda bien. Aunque Tyson sigue sonriendo y riendo, hay un matiz de tristeza en sus ojos, una fatiga que antes no estaba allí. Decide hablar con él, pero Tyson, fiel a su costumbre, la tranquiliza con una broma, asegurándole que todo está bien.

Sin embargo, Liana no se deja engañar tan fácilmente. Sabe lo que es poner una máscara para ocultar lo que realmente se siente, y no puede dejar de preocuparse.

Durante un entrenamiento, las bromas sobre Tyson llegan a un punto álgido. Max se ríe cuando Tyson, después de una pelea intensa, cae exhausto en el suelo. -"¡Tyson, siempre sabes cómo darle un buen abrazo al suelo!" Ray sigue el juego, diciendo: -"Tal vez deberías correr un poco más, Tyson. ¿Qué te parece, te unes a mis entrenamientos de velocidad?"

Incluso Kai, aunque más serio, no puede evitar lanzar un comentario: -"Esos reflejos tuyos no han cambiado, Granger. A veces pienso que solo te mueves rápido cuando hay comida de por medio."

Liana observa a Tyson, esperando ver su típica reacción, una carcajada y un comentario sarcástico en respuesta. Pero esta vez, nota un destello de dolor en los ojos de Tyson antes de que su sonrisa habitual aparezca en su rostro. Algo dentro de ella se rompe al darse cuenta de que sus suposiciones eran correctas: Tyson está sufriendo.

Esa noche, después de que los demás se retiren, Liana decide buscar a Kai, sabiendo que, de todos, él es el que mejor podría entender lo que Tyson está atravesando. Lo encuentra en el techo del edificio, mirando las estrellas, una costumbre que tiene cuando necesita pensar.

"Liana," dice Kai sin girarse, como si supiera que estaba allí todo el tiempo. "¿Qué pasa?"

-"Es Tyson,"- comienza ella, sentándose a su lado. -"Creo que... creo que no está tan bien como quiere que creamos."

Kai guarda silencio, pero Liana puede ver que su mandíbula se tensa. -"Lo sé,"- responde finalmente. "He notado que algo no anda bien, pero Tyson es... complicado. Nunca admite cuando algo le afecta."

-"Pero no podemos seguir ignorándolo,"- insiste Liana. -"Es nuestro amigo. Y más que eso, Kai, creo que tú... bueno, creo que significas mucho más para él de lo que te das cuenta."

Kai no responde de inmediato, pero finalmente asiente. -"Tienes razón. No podemos dejar que siga así."

Al día siguiente, Kai decide confrontar a Tyson de la única manera que sabe: de frente. Lo encuentra solo en el dojo, practicando movimientos con su beyblade, pero su usual energía parece estar ausente. Cuando Kai entra, Tyson no se detiene, pero tampoco lo saluda como de costumbre.

-"Tyson,"- comienza Kai, su voz más suave de lo habitual. -"Necesitamos hablar."

Tyson sigue girando su beyblade, fingiendo no haber escuchado. -"¿Sobre qué, Kai? ¿Sobre cómo voy a patear el trasero de nuestro próximo oponente? Porque tengo un par de estrategias nuevas en mente."

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⏰ Última actualización: Aug 16 ⏰

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