Hyunjin era un hombre "felizmente" casado y con un niño que comenzó la universidad hace muy poco.
pero, el secreto que se deseaba llevar a la tumba es que en una fiesta había besado a un hermoso extranjero en el bar a dónde iba con sus amigos.
y par...
Estaba llegando la medianoche cuando Félix volvió a observar el rostro del señor Hwang; con su traje y su larga cabellera oscura, era tan difícil para él saber cómo podria destacar a pesar de ir de forma sutil y poco llamavita.
—Ahi viene tu principe de negro, Yongbok —mascullo soobin.
El rubio suspiro de forma pesada a medida que servía los shots de tequila con sal y limón cómo el joven canadiense había pedido con su coqueto acento hacia el joven que fácilmente podría confundirse cómo una chica andrógina.
Félix era dueño de una belleza que podría camuflajearse con la de una mujer, con labios rosados y curvos con el arco de cupido pronunciado, con ojos grandes y tan expresivos y con párpados caidos de forma natural, su cabello era rubio y largo con una coleta que levantaba un poco esta dejando los medianos mechones caer sobre sus hombros. Lo único que Félix sabía con claridad que era de un hombre por completo, era su voz que podría ser bastante gruesa y rasposa aunque podría llegar a suavizarla cuando el acento australiano llegaba.
—Muchas gracias, preciosa. Prometere dejarte propina —Felix en carcajeo en su interior al escuchar el pronombre femenino. En busca de continuar su trabajo. Bueno, ese era su plan iniciar. Pero la gruesa y egocéntrica voz de Hyunjin apareció por sus tímpanos opacando la ruidosa melodía de la pegajosa electrónica que daba en ese mismo instante.
—Yongbok —solto casi en súplica; Félix deseaba ignorarlo y dejar que soobin lo atendiera, Pero su nombre coreano era repetido una y otra vez de la forma más lamentable que había escuchado.
—Por favor, Yongbok. Puedo pagarte el doble, por favor... Por favor —Soobin miro a su compañero con picardía y este con vergüenza lo empujó para acercarse a la barra dónde estaba el azabache.
—¿Crees que soy un trabajador sexual, Señor Hwang? —alzo su ceja mientras lo miraba. —¡No! Nada de eso,solo quiero besarte, Yongbok. Estoy enloqueciendo.
El rubio suspiro antes de asentir rendido a los encantos del padre de su mejor amigo, notando que su hora del pequeño descanso había llegado, dando una seña con su mirada a hwang que no tardo en seguirle.
La azotea; el lugar donde habían pasado todos aquellos besos. Hyunjin sintió que estaba a punto de enloquecer y cuando al fin estuvieron solos no tardo en atrapar los labios del rubio de forma desesperada, tomándolo por la cintura para atraerlo a él.
Y Félix, en su interior se había sentido tan complacido cuando sus labios eran devorados con fervor por el azabache que le susurraba cada que podía cuanto deseaba sus besos.
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Félix llegó al departamento tomando las cartas de todas las facturas del mes, suspirando un poco tras los montos. Vivian dos personas, Jeongin a pesar de tener su edad, no era aceptado en los trabajos por la poca educación que recibió, debido a que entró a la universidad solo por un examen de admisión que se le era otorgado a los huérfanos de ese mismo orfanato en específico y Jeongin tuvo la suerte de ser aceptado.
Por su parte, Félix no puede quejarse, estuvo en esta pequeña línea entre la mala y la buena vida, no podría decir que era mala vida debido a que tuvo techo y una familia y tampoco buena vida porque no vivía en un hogar pacífico y amoroso cómo debería de hacerse.
Entro al departamento e intento encender la luz, suspirando al notar que ya era el día del corte, con un lugar tan pequeño y de mal aspecto, prefería eso a no saber a dónde dormir noche tras noche.
Camino torpemente a la mesa y miro unos billetes en medio de ella con uno de los vasos del hogar junto a una nota que decía: "Perdón por no aportar mucho Hyung solo conseguí esto"
Félix solo sonrió de forma adorable y sin tomar el dinero se encamino al cuarto que compartía con Jeongin para mirarlo aún dormir en la colcha de aire con su celular boca abajo a punto de sonar con la alarma diaria del mas pequeño.
—Jeongin —lo movió un poco escuchando el pequeño ruidito que hacía al despertarse.
—¿Hyung? Llegaste temprano —murmuro aún con sus ojos cerrados. —Acompañame a pagar las deudas, vamos levántate —se alejo del menor para quitarse el chaleco y así ponerlo en el pequeño ropero, tomando de la ropa doblada en una esquina otra camisa más fresca y un pantalón y zapatos más cómodos, caminando a la ducha escuchando el grito de Jeongin al no poder entrar primero.
Félix sabía que vivía de una manera miserable, Pero de a poco sentía que todo iba a mejorar. Aunque no quisiera admitirlo, envidiaba a Minho a Seungmin y a Han.
No lo malentiendan, no lo hacia de mala intención, pero siempre deseo aquella vida. Minho tiene una madre amorosa que lo ha ayudado, a pesar de que su padre lo odia por su preferencia sexual. Seungmin por su parte, tiene a su madre y a su padrastro y viven muy feliz y juntos van a adelante. Y Jisung, Jisung tenía unos padrinos excelentes y atentos.
Por su parte o su desgracia, su madre falleció y su padre ni recuerda que lo dejo aquí solo y Jeongin, Jeongin jamás conoció a su familia y lo unico que sabía era que su apellido era yang y que era proveniente de busan.
Tal vez tendría que tomar el trabajo del destino y formarlo él solo. Así iba a ser
Confieso que cada vez que pienso en Jeongin de este au se me ablanda el corazoncito 😔