Capítulo 1 "Realidad"

473 59 40
                                    

Rosé estaba arrodillada sobre el césped verde y tupido

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Rosé estaba arrodillada sobre el césped verde y tupido. Los oídos le zumbaban, y le dolía la cabeza. El estómago se le revolvió y tenía nauseas. Se llevó las manos a la frente y abrió los ojos. Se encontraban en el interior de un bosque. Olía a plantas, a infusiones: romero, hierbabuena, menta, manzanilla... El corazón se le contrajo cuando el olor le hizo ser consciente del lugar en el que se encontraban realmente.

Era su poblado. El poblado picto. Y ese olor... Así olía el bosque cuando Jisoo hervía sus plantas medicinales y hacía sus caldos e infusiones. Era de madrugada, algún gallo empezaba a cacarear dando la bienvenida al nuevo día.

ꟷ ¿Dónde...?ꟷ Susurró Rosé retirándose el cabello de la cara.

Freyja le ofreció la mano para ayudarla a levantarse. Rosé, aturdida, la aceptó y se apoyó en ella.

ꟷ Hemos llegado antesꟷ Murmuró Odín mirando a su alrededor con disgustoꟷ

Probemos de nuevo a...

ꟷ Noꟷ Freyja lo detuvo antes de que tocara a Rosé de nuevoꟷ No, Vikingo.

Puede que la elegida necesite recordar algo... por eso las nornas nos han traído a este momento.

Odín observó a la vaniria. Los pies de la rubia caminaban solos hacia uno de los chakras que se divisaban a lo lejos.

Rosé se sintió en casa de nuevo. Aquel era su poblado cruithni, su aldea picta, su bosque, su... Ellos en realidad fueron los primeros pictos en colmar los bosques, de ellos aprendieron todos los demás, aprendieron el arte de la venganza y cómo emplearla contra las incursiones romanas. Rosé cerró los ojos y escuchó el sonido del río Forth. Se detuvo en seco. El chakra de Jisoo, debía encontrar el chakra de Jisoo.

El corazón bombeó con fuerza en su pecho. Apretó los dedos contra las palmas hasta clavarse las uñas y caminó con lentitud hasta ese lugar. Su refugio. El que había sido su verdadero hogar. Freyja y Odín se miraron y la siguieron en silencio.

Rosé llegó al chakra, cobijado del resto del poblado. Se acercó para ver si oía voces. Para ver si encontraba a Jisoo en su interior, para verla una vez más, como era antes. Cuando todo estaba bien y era feliz.

Oyó murmullos, susurros cómplices, como los que tienen lugar entre dos enamorados. Rosé tembló y se agachó para que no la vieran. Poco a poco alzó la cabeza hasta divisar a través de uno de los orificios que hacían de ventanales quienes estaban allí, quienes compartían ese momento tierno y dulce en el chakra de la sanadora.

Cuándo logró divisar a los amantes, se quedó de piedra. La sangre dejó de correr por sus venas y algo en el centro de su pecho estalló, lleno de dolor.

Allí, en ese chakra, estaban Jisoo y ella, la noche después de entregarse a ella, de hacer el amor. Jisoo le besaba la nuca mientras con una vara metálica tatuaba algo de color azul sobre su hombro derecho; el nudo perenne que se entregaban las parejas celtas como símbolo de su amor inmortal y eterno.

ELEGIDA | ESPECIAL CHAESOODonde viven las historias. Descúbrelo ahora