Capítulo 3

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Naruto y los bijū se adentraron en el camino sombrío que conducía al inframundo, guiados por la presencia imponente de Hércules. El aire se tornaba más denso a medida que avanzaban, y un silencio inquietante envolvía el entorno, como si el inframundo mismo los observara con ojos invisibles.

La travesía hacia las profundidades del reino de Hades estaba cargada de tensión. A pesar de la confianza que Hércules emanaba, Naruto no podía evitar sentirse en guardia. La misión de capturar a Cerbero era una hazaña que pocos habían intentado y menos aún habían logrado.

"¿Has enfrentado alguna vez a una criatura como Cerbero?" preguntó Naruto, rompiendo el silencio mientras se mantenía a la par de Hércules.

Hércules asintió con la cabeza, sus ojos dorados fijos en el camino frente a ellos. "He combatido a bestias temibles, dragones y gigantes. Pero Cerbero es diferente. Su fuerza no reside solo en su poder físico, sino en su conexión con el inframundo mismo. Es un guardián del equilibrio entre los vivos y los muertos."

Naruto reflexionó sobre las palabras de Hércules. La misión no solo implicaba enfrentarse a una bestia feroz, sino también a la voluntad del propio Hades, quien seguramente no permitiría que su guardián fuera capturado sin resistencia.

"Debemos proceder con cautela," dijo Naruto, mirando a sus compañeros bijū. "No sabemos qué tipo de trampas o desafíos nos esperan más adelante."

Kurama, siempre alerta, asintió. "No subestimemos el poder de Cerbero ni la astucia de Hades. Este es su dominio, y cualquier error podría costarnos caro."

El grupo continuó su avance, cada uno inmerso en sus pensamientos, preparándose mentalmente para lo que estaba por venir. La entrada al inframundo se abría ante ellos como una boca oscura, un portal hacia lo desconocido.

Hércules fue el primero en cruzar, seguido de cerca por Naruto y los bijū. Al entrar, fueron recibidos por un paisaje desolado y sombrío. Las almas de los muertos vagaban sin rumbo, sus lamentos resonando en la oscuridad. El río Estigia corría cerca, sus aguas negras reflejando la desesperanza de aquellos atrapados en el inframundo.

"Este lugar siempre me ha parecido inquietante," murmuró Matatabi, sus ojos brillando en la penumbra. "No es un lugar para los vivos."

Hércules mantuvo su enfoque, sus músculos tensos y su mirada fija en el horizonte. "Debemos avanzar con rapidez. Cerbero no estará lejos."

El grupo continuó su marcha, cada uno en silencio mientras sus sentidos estaban en alerta máxima. Finalmente, llegaron a un enorme portal custodiado por Cerbero, el perro de tres cabezas. La bestia estaba encadenada, pero su tamaño colosal y su aura aterradora eran suficientes para intimidar incluso a los guerreros más valientes.

"Ahí está," dijo Hércules, deteniéndose a una distancia prudente. "Cerbero."

Naruto sintió una mezcla de admiración y temor al ver a la criatura. Cerbero no era solo un guardián; era la personificación del poder del inframundo, una manifestación de la voluntad de Hades.

"¿Cuál es el plan?" preguntó Kurama, preparado para el combate.

Hércules frunció el ceño, evaluando la situación. "Cerbero es fuerte, pero su poder proviene de su conexión con este lugar. Si logramos separarlo de las puertas del inframundo, tendremos una oportunidad de someterlo."

Naruto asintió, entendiendo la estrategia. "Entonces, debemos distraerlo y romper su vínculo con este lugar. Los bijū y yo podemos encargarnos de atraer su atención mientras tú te preparas para capturarlo."

Hércules aprobó con una leve inclinación de cabeza. "Eso debería funcionar. Pero debemos ser rápidos y precisos. No tendremos una segunda oportunidad."

Naruto Hijo de Hades y PersefoneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora