𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟐𝟖

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El sol apenas comenzaba a asomarse por las ventanas de la habitación, llenando el espacio con una luz suave y cálida

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El sol apenas comenzaba a asomarse por las ventanas de la habitación, llenando el espacio con una luz suave y cálida. La mansión Wayne estaba tranquila, sumida en un silencio pacífico que raramente se experimentaba. Damian y Kamila estaban en la cama, envueltos en sábanas que apenas cubrían sus cuerpos.

Kamila se despertó primero, su respiración entrecortada por el calor que se sentía entre ellos. Elainna había pasado la noche en su cuna, dejándoles un raro momento de privacidad. Cuando Kamila se giró para ver a Damian, él ya estaba despierto, observándola con esa intensidad que la hacía sentir como si fuera lo único que importara en el mundo.

─ Buenos días ─murmuró Kamila, con una sonrisa perezosa.

Damian le respondió inclinándose hacia ella para darle un beso profundo. Sus manos, fuertes y seguras, la rodearon, atrayéndola más cerca. Kamila suspiró contra sus labios, dejándose llevar por el calor que siempre parecía encenderse entre ellos.

─ ¿Qué tal si comenzamos bien el día? ─susurró Damian, con una sonrisa traviesa.

Kamila sonrió ante su tono, su cuerpo respondiendo al de él antes de que pudiera decir una palabra. Sentía su piel rozar la de Damian, los latidos de sus corazones sincronizándose en un ritmo cada vez más urgente. El aire entre ellos se cargó de deseo mientras se envolvían en el placer del momento.

Damian la besó de nuevo, más profundo, más intenso, dejando que sus manos vagaran por su cuerpo hasta que llegó al vientre de Kamila, donde su segundo hijo crecía. Se detuvo, sus labios rozando suavemente la piel que cubría la vida que estaban creando juntos.

─ Te ves tan hermosa así ─murmuró, besando su vientre con ternura.─ No puedo esperar para conocer a nuestro pequeño.

Kamila acarició el cabello de Damian, sus dedos enredándose en los mechones oscuros mientras sentía la calidez de sus besos en su piel. Había algo increíblemente íntimo en cómo Damian la miraba y tocaba, como si el mundo entero no existiera más allá de esta habitación.

─ Siempre dices eso ─dijo ella con una sonrisa suave.─ Y míranos ahora. Ya estamos a mitad de camino para conocerlo.

Damian levantó la vista, sus ojos verdes brillando con una emoción que solo Kamila podía provocar. Volvió a besarla, esta vez con una mezcla de adoración y deseo, como si quisiera memorizar cada segundo de este momento.

─ Lo sé ─respondió en un susurro ronco.─ Y me encanta. Verte así, sabiendo que estás llevando a nuestro hijo... me hace querer todo esto aún más.

Kamila soltó una suave risa, rodeando con sus brazos el cuello de Damian para atraerlo más cerca. Su risa se apagó en un suspiro cuando él continuó acariciándola, su tacto despertando en ella una corriente de sensaciones que la envolvían por completo.

La intimidad de la mañana se prolongó, mientras ambos se perdían en el placer de estar juntos, olvidándose de todo lo demás. Solo existían ellos, sus cuerpos entrelazados y el amor palpable que compartían.

𝐌𝐚𝐭𝐫𝐢𝐦𝐨𝐧𝐢𝐨 𝐀𝐫𝐫𝐞𝐠𝐥𝐚𝐝𝐨 || 𝐃𝐚𝐦𝐢𝐚𝐧 𝐖𝐚𝐲𝐧𝐞 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora