THE MOTEL ROOM

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Desde el principio, Dick Grayson y tú fuisteis entrenados y presentados como los rivales perfectos. Dos individuos con perspectivas diferentes que, sin embargo, quieren lo mismo de la vida. Encontrándose una y otra vez, es la misma situación: uno gana, el otro pierde... pero todo termina en la misma habitación de motel.

Y todo empezó el día en que se conocieron...



¡ADVERTENCIA!⚠️NSFW violencia explícita, maldiciones, menciones de heridas/matanzas en detalle, co-dependencia mencionada (mentor/mentee), un poco de angsty fluff


PERSONAJES: Pre-Titans - Dick Grayson x Reader

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Tu rodilla golpeó con fuerza justo en la ingle del hombre que te atacaba, derribándolo de un solo golpe

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Tu rodilla golpeó con fuerza justo en la ingle del hombre que te atacaba, derribándolo de un solo golpe. El miedo ensanchó los ojos de sus compañeros, pero aun así se mantuvieron firmes. Por mucho que desearan simplemente ceder a su miedo, todos habían hecho a su jefe un juramento que no les permitía hacerlo. Con los ojos brillantes, sonrió torvamente, levantando la barbilla mientras les hacía señas para que se le echaran encima.

Por mucho que les hicieras cagarse en los pantalones, seguían siendo hombres con su ego a flor de piel. Cada segundo que mostraban su miedo a una chica, les parecía veneno y lo odiaban. Un rugido llenó el mal iluminado callejón cuando el primer hombre dio un paso adelante, blandiendo sus puños hacia ti. Esquivándolo con facilidad, ya le habías agarrado del brazo, retorciéndoselo con dureza. Los demás se te echaron encima, intentando ayudar a su pobre compañero. Mientras su odio alimentaba sus acciones, las tuyas estaban alimentadas por el eufórico sonido de su dolor, empujando la adrenalina de tu cuerpo mientras hacía su voluntad.Dos de ellos se aferraron a tus brazos, sujetándolos con tanta fuerza como les fue posible, para dejar al tercero vía libre para luchar contra ti. Qué error tan brutal habían cometido.

Justo cuando pueden cerrarse para herirte, golpeas tu cabeza con fuerza contra su nariz. Lanzando un fuerte grito, retrocedió, levantando los brazos hacia su nariz sangrante. La única preocupación en la que de repente pudo concentrarse. Usando toda la fuerza muscular que tenías en tu núcleo, tiraste a los hombres hacia abajo contigo. La única diferencia era que, a diferencia de ellos, usted rodó grácilmente sobre su hombro, dejándolos en el suelo. Lucharían durante más tiempo.

Dejándolos atrás en el callejón, empezaste a correr hacia la vieja fábrica de ladrillos de donde provenía todo el caos. Joder, así no había sido como tu mentor y tú os habíais imaginado que se desarrollaría toda esta situación, pero quedarte aquí llorando por ello tampoco lo cambiaría ahora. Por ahora, saber que tu mentor probablemente tenía la situación controlada era el único alivio. Corriendo hacia la fábrica, intentaste alcanzarla, pero pronto te diste cuenta de que te habías metido en muchos más problemas de los que habías imaginado. El pequeño grupo de hombres del Duque que había fuera parecía ahora un juego preliminar, mientras que lo que ocurría delante de tus ojos era el verdadero campo de batalla, y no tardaste en llamar la atención. «Parece que la gata ha soltado a su gatito», se rió uno, atrayendo toda la atención hacia donde tenía clavada su mirada: tú.

Los hombres se abalanzaron sobre ti, sólo tuviste un breve instante para pasar por alto la situación. No lo suficiente para intentar comprobar cómo se encontraba tu mentor. Sacando los cuchillos de la correa del muslo, saludaste al combate con una sonrisa despiadada. Puede que alguna vez te contuvieras, pero ya no te acordabas de nada. Aquellos días habían quedado atrás y, dada su ciega reacción, todos te subestimaban y lo lamentarían. El primer golpe fue liberador, como una llamada a un poder mayor. Esto era para lo que habías nacido, entrenado para dominar y atrevido a vivir.

¡𝓣𝓲𝓽𝓪𝓷𝓼 𝓸𝓷𝓮 𝓼𝓱𝓸𝓽𝓼! [EN EDICION]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora