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Pooh sabía que Pavel estaba enojado, cuando él volvió al dormitorio y cerró la puerta. Pooh estaba desnudo, bajo las mantas y lo observaba. Vio que en una mano llevaba una tira de cuatro condones.

-"No sé como usarlos".

Pooh se emocionó, echó hacia atrás la ropa de cama y se levantó.

-"Sera divertido".

Pavel arqueo las cejas, no parecía convencido.

-"Confía en mí" Poco a poco se acercó a él y cogió los preservativos de su mano.

-"Quiero que seas feliz", admitió a regañadientes.-"Pero yo no lo soy".

Pooh retrocedió.

-"Quítate la ropa. Voy a ponértelo".

-"¿Me dolerá?" Su mirada cayó en los condones.

-"No."

-"No es natural.", Comenzó a desnudarse.

Eso lo dice un tipo que es un león.

Pooh lo observo en silencio. Adoraba ver su cuerpo desnudo, le excitaba. Él lo siguió hasta la cama y lo miró disgustado. De repente Pooh tuvo una idea y le sonrió.

-"Túmbate en la cama boca arriba."

Estrechó los ojos.

-"¿Por qué?"

-"Porque yo te lo pido" le sonrió con la mirada.

-"Por favor, sexy" Él dejó escapar un profundo suspiro.-"Espero que no sea doloroso". Se dio la vuelta y acostó su gran cuerpo sobre el colchón.

Pooh contuvo una carcajada cuando se puso los brazos detrás de la cabeza y lo miró. Pooh se subió a la cama y se sentó a horcajadas sobre sus muslos.

-"¿Qué estás haciendo?"

Dejó los condones en la cama, al lado de su cadera.

-"Voy a demostraste que los condones pueden ser divertidos".

Él gruñó suavemente.

-"Estás actuando de manera extraña."

-"Me gusta verte así."

Su mirada se detuvo sobre su vientre tenso y musculoso, su amplio pecho y después se quedo fija en su erección. No tenía vello púbico. Se inclinó hacia adelante, sin dejar de mirarle, apoyo las manos en la cama y sonrió.

-"¿Puedes esperar?"

-"¿Por qué? ¿Qué piensas hacer?"

-"Quiero que estés tan excitado que no te importe usar el condón".

-"Hazme todo lo que quieras".

-"Sólo quédate quieto, ¿de acuerdo? No te sientes. No me agarres o trates de tumbarme sobre mi espalda. ¿Esta claro? No te muevas."

Reflexiono sobre su petición.

-"Tú eres mi Pooh y puedes hacerme lo que quieras." Él no estaba contento con eso, pero lo aceptaba.

Pooh se abstuvo de reír. Miro su pecho, bajo la cabeza y lamió un pezón. Los músculos del abdomen de Pavel se tensaron. Pooh siguió bajando por su cuerpo, lamiendo y mordisqueando los seis abs en su vientre.

Pavel gruñó.

-"¿Qué estás haciendo?"

-"Relájate". Pooh sintió como su polla se endurecía aun más contra sus costillas. -"Disfruta de esto." volvió a besarle.

Monster // PavelPoohDonde viven las historias. Descúbrelo ahora