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Contenido: Logan al parecer esta molesto por una razón que desconoces.
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Isabelle llevaba toda la mañana buscando a Logan. Él había estado distante, evitándola deliberadamente, y aunque ella había intentado preguntarle qué le sucedía, él se había limitado a ignorarla. Finalmente, lo encontró sentado en el exterior de la Mansión X, con los ojos fijos en el horizonte, claramente sumido en sus pensamientos.
—¡Hey, cariño! —llamó Isabelle, intentando sonar casual mientras se acercaba, esperando captar su atención.
Logan levantó la mirada, pero no mostró ninguna emoción en su rostro.
—¿Qué pasa? —respondió con frialdad, casi desinteresado.
—Al fin te encuentro... ¿sigues enojado? —preguntó Isabelle, tratando de mantener la calma.
Logan levantó una ceja y luego rodó los ojos, cruzando los brazos con impaciencia.
—Obviamente. ¿Qué quieres? —espetó.
Isabelle suspiró, tratando de no perder la compostura.
—Quiero que hablemos, Logan. No me has hablado en toda la mañana. ¿Por qué estás así?
—Tal vez si dejaras de ser tan molesta, te hablaría más —respondió Logan, apoyándose contra la pared, su voz cargada de sarcasmo.
Isabelle frunció el ceño, sintiéndose herida por sus palabras.
—¿Entonces es mi culpa? —preguntó, intentando mantener la calma.
Logan volvió a rodar los ojos, burlándose de ella.
—Bueno, ¿de quién más sería? —contestó con desdén.
—¡De ti, Logan! —replicó Isabelle, alzando la voz—. Ni siquiera sé por qué estás enojado.
Logan gruñó y volvió a rodar los ojos, permaneciendo en silencio por un momento antes de murmurar:
—No lo entenderías de todos modos...
Isabelle dio un paso adelante, acercándose más a él.
—Intenta explicármelo, Logan. Quiero entenderte.
Logan dejó escapar un quejido y cruzó los brazos con fuerza, sabiendo que estaba perdiendo el control de la situación.
—Eres tan molesta que literalmente no puedo tener ni un solo segundo para mí porque siempre estás encima de mí —respondió, su voz llena de frustración.
—Eres un idiota, Logan —dijo Isabelle, sintiendo que las lágrimas comenzaban a acumularse en sus ojos—. Si soy una molestia para ti, ¿por qué sigues conmigo?
Logan gruñó, empujándose fuera de la pared y mirándola con enojo.
—¿Y qué diablos se supone que significa eso? —espetó, sus ojos brillando con una mezcla de ira y miedo.
—Que, si soy tan molesta, ¿por qué sigues siendo mi novio? —preguntó Isabelle, mirándolo directamente a los ojos.
Logan pareció asustado por un instante, su ira desvaneciéndose lentamente.
—No eres un problema... solo... eres irritantemente pegajosa la mayor parte del tiempo —admitió, su voz más suave ahora, pero aún con un toque de irritación.
Isabelle sacudió la cabeza, sintiéndose agotada emocionalmente.
—Eres mi novio, Logan. Es natural que quiera ser cariñosa contigo porque eso es lo que las parejas hacen.
—Jesucristo... ¿no puedes darme un momento de silencio de vez en cuando? —gimió Logan, tratando de mantenerse enojado, pero fallando cada vez más.
—Si eso es lo que quieres, Logan... creo que lo mejor es que terminemos —dijo Isabelle, su voz temblando—. No entiendo por qué me pediste que fuera tu novia si no querías que te demostrara afecto.
Las palabras de Isabelle lo sacudieron, y Logan la miró alarmado.
—Espera un segundo... no digas cosas así... —respondió, su tono lleno de desesperación.
—Eres muy frío, Logan. Y a mí me gusta demostrarte cuánto te amo, pero a ti no te gusta. No funcionamos juntos... creo que lo mejor es terminar —dijo Isabelle, intentando mantenerse firme.
Logan entró en pánico, la idea de perderla era algo que no podía soportar.
—No, no, no... ¡no hagas eso! —exclamó, agarrándola por la muñeca con fuerza—. Me gusta cuando eres pegajosa, solo...
—¿Solo qué? —preguntó Isabelle, suavizando su tono, viendo cómo él luchaba por encontrar las palabras.
Logan gimió de nuevo, sus dedos apretando suavemente su muñeca.
—Solo... por favor, no rompas conmigo. No puedo soportar la idea de vivir sin ti.
Isabelle lo miró, sus ojos llenos de lágrimas.
—¿Cómo no vas a poder vivir sin mí si soy una molestia para ti, Logan?
—No eres una molestia... —replicó Logan, su voz casi quebrándose—. Yo solo... Jesucristo, ¿puedes... venir aquí? —pidió, tirándola suavemente hacia él y envolviéndola en un abrazo.
Isabelle sintió la calidez de su cuerpo, y por un momento, todos sus miedos parecieron desvanecerse.
—Somos muy diferentes, Logan. ¿Qué vamos a hacer para que esto funcione? ¿Tienes alguna idea? —preguntó, su voz apenas un susurro contra su pecho.
Logan la envolvió con sus brazos, enterrando su cara en su hombro. A pesar de su habitual expresión áspera y estoica, en el fondo, secretamente adoraba el afecto que ella le mostraba, pero su orgullo le impedía admitirlo.
—¿Podemos hablar de eso más tarde...? Prefiero disfrutar de esto por ahora —respondió Logan, su voz sonando vulnerable.
Isabelle asintió lentamente.
—Está bien, te amo, Logan.
Logan se tensó por un momento, aún no acostumbrado a escuchar esas palabras. Sin embargo, lentamente comenzó a relajarse y respondió:
—Yo también te amo... idiota.
—Logan... —susurró Isabelle, mirándolo con dulzura.
—¿Qué...? —gruñó él, todavía sin soltarla.
—¿Qué estás esperando para besarme? —preguntó Isabelle, sonriendo.
—Impaciente... —murmuró Logan, separándose un poco del abrazo. Con una mano, levantó su barbilla y la inclinó hacia arriba para mirarlo, antes de acercarse lentamente y darle un beso. Fue sorprendentemente suave, lleno de una ternura que rara vez mostraba.
—Espero que podamos arreglar nuestros problemas, Logan. No quiero estar sin ti —dijo Isabelle cuando se separaron, sus labios aún rozando los de él.
Logan permaneció en silencio por un momento, sus ojos fijos en los de ella, antes de asentir lentamente.
—Sí... yo también... Y ni siquiera intentes hablar de romper de nuevo —murmuró, todavía sosteniendo su barbilla con delicadeza.
Isabelle sonrió levemente, sintiendo que, tal vez, las cosas podrían mejorar entre ellos después de todo.
—
Holii, este no me gusto tanto pero, lo intente🥺 Déjenme ideas para hacer los demás. Gracias por leer🫶
