•| 𝐌𝐔𝐄𝐑𝐓𝐄 𝐘 𝐍𝐔𝐄𝐕𝐎 𝐌Á𝐑𝐓𝐈𝐑 |•

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A veces, pienso que fui condenada a sufrir por todas las cosas malas que había hecho en una vida pasada.

"...¡¡¡ 𝐃𝐑𝐀𝐂𝐀𝐑𝐘𝐒!!!..."

Esos recuerdos vuelven a mí mente, con una intensidad inigualable; el solo recuerdo del fuego corroyendo cada parte de mi cuerpo, adormeciendo a un ritmo alarmante cada una de mis extremidades, podía sentir todo el hierro que adornaba mis ropajes fundirse con mi piel; tal y como Aegon debió sentir cuando el fuego de Vhagar lo quemó.

Era muy perturbador; aún recuerdo cuanto insistió en que era poco castigo el morir calcinada, por lo que estuvo alegando un buen tiempo como niño chiquito que Sunfyre me partiera en pedazos tal y como lo hizo Vhagar con Lucerys.

Aún entre las llamas, se podía escuchar la tétrica risa de Aegon; las fuertes súplicas y gritos de desesperación que iban en aumento de mi pequeño, mi niño, sin duda alguna, esta escena se le quedaría plasmada en sus ojos, un trauma inminente a mi último hijo.

En todo ese tiempo, pude ver cada uno de mis errores, lo que hizo maldecirme por las semejantes estupideces que había cometido. Hice todo lo posible por ahogar los gritos en mi garganta, para ahorrarle más dolor a mi pequeño.

Parecía que los Dioses tenían otro plan, podía sentir el calor aumentando inhumanamente, para la satisfacción de Aegon, empecé a soltar pequeños gritos, que se convirtieron en grandes alaridos conforme el fuego se abría paso por mi piel, hasta llegar a mis huesos, haciéndolos cenizas.

Mi último recuerdo de este podrido mundo fue Aegon con todas sus quemaduras, sentado disfrutando del "espectáculo" que mi dolor le provocaba; y a mi pequeño niño suplicando por qué me dejaran, tenía tantas ganas de ir y abrazarlo, decirle que todo estaría bien, que todo esto era un sueño; pero lo único que pude hacer fue mirar esa tétrica escena mientras mi alma era arrebatada de mi cuerpo.

Estaba esperando que al entrar en la "otra vida", ahí me reencontrase con mis seres queridos; pero al parecer, mi tormento no acabaría pronto.

Abrí lentamente mis ojos, segados por la luz que se extendía en todo su esplendor sobre mi rostro, al despertar; pude ver que estaba en una aviación deteriorada, tenía mal olor, y se sentía húmedo; giré mi rostro y vi a una mujer completamente desconocida, tenía el pelo marrón, piel bronceada y profundo ojos negros que expresaban el odio, junto a una cara con una expresión de asco y desprecio.

Y todas dirigidos a mí, la verdad, no me importaba mucho, si estaba viva, Aegon no tardaría en volver por mi para seguir torturándome, pensándolo bien, si preferirías las fauces de Sunfyre.

- Esto no puede ser cierto. - exclamó con asombro y disgusto - ¡¡¡ DÓNDE ESTÁ MI HIJO !!!

Si grito me había aturdido considerablemente, traté de raparme las orejas con mis manos, para evitar escuchar el ruido tan desagradable que tenía por voz; intenté alejarme de esa mujer, aunque fuera a rastras.

Al momento en que me empecé a remover inquieta en sus brazos, la mirada de desprecio se intensificó más, haciendo que me apretara con más fuerza, intenté gritar y quejarme para que me soltara, pero no funcionó; intenté abrir la boca y decirle que me lastimaba, pero cuando "pronuncié" las palabras, solo salieron balbuceos, me sorprendió, y en ese momento me di cuenta de que...

¡¡¡ 𝐄𝐑𝐀 𝐔𝐍𝐀 𝐁𝐄𝐁É!!! 

¡¡¡ 𝐄𝐒𝐓𝐎 𝐍𝐎 𝐏𝐎𝐃Í𝐀 𝐒𝐄𝐑 𝐏𝐎𝐒𝐈𝐁𝐋𝐄!!! 

¿¡¿ 𝐂Ó𝐌𝐎 𝐒𝐔𝐂𝐄𝐃𝐈Ó É𝐒𝐓𝐎 ?!?

Estás eran las preguntas que rondaban por mi mente, y ninguna tenía explicación, esto no era posible.


¿𝐁𝐄𝐁É?

 ¿𝐏𝐎𝐑 𝐐𝐔É?

 ¿𝐂Ó𝐌𝐎?

Lo único que obtuve con estas preguntas, fue una tormentosa resaca que no hacía más que aumentar con la voz tan irritante de la mujer a la que ahora llamaré "madre".

Después de tanto tiempo, mis plegarias fueron escuchadas por los Dioses, una mujer de pelo rubio, ojos negros y piel ligeramente bronceada, me levantó y llevó lejos de esa mujer que no hacía más que maldecirme por haber nacido niña; me limpió con agua tibia y me enrolló en una sábana para mantenerme caliente y no enfermara.

— Hola bebé, hola, — esas eran las primeras palabras tiernas que había escuchado por primera vez en todo el día — Ay no le hagas caso a ella, es una loca histérica, — si, eso era cierto, era algo en lo que concordaba con ella.

— Sh, Sh, Sh,— me arrullaba en sus brazos, dándome pequeñas palmaditas en mi espalda para que me durmiera; y estaba dando resultados, mis ojos se sentían tan pesados, que en unos cuantos minutos, ya me había quedado casi dormido.

— ¡¿¡ CÓMO PUEDO TENER TAN MALA SUERTE !?! — decía la mujer aun en cama, aún sudada y ensangrentada por el inminente parto que me había traído de nuevo a la vida.

¡¿¡ 𝐄𝐒𝐎 𝐄𝐒 !?!

En ese momento, todos los recuerdos cayeron sobre mí como un balde de agua fría; el recuerdo de la plática con los dioses, expresaron su enojo contra mí y contra todo aquel participante en la guerra, claramente, no estaban nada contentos; dijeron que cada uno ellos recibirían un castigo acorde a sus actos.

Y yo, al ser una de los principales involucrados; me encomendaron una misión, que debía de cumplir si quería reunirme con mis seres queridos, tenía la obligación de evitar a toda costa

𝐋𝐚 𝐃𝐚𝐧𝐳𝐚 𝐃𝐞 𝐃𝐫𝐚𝐠𝐨𝐧𝐞𝐬

𝑫𝑨𝑼𝑮𝑯𝑻𝑬𝑹 𝑶𝑭 𝑻𝑯𝑬 𝑺𝑲𝒀 𝑨𝑵𝑫 𝑴𝑶𝑻𝑯𝑬𝑹 𝑶𝑭 𝑻𝑯𝑬 𝑺𝑬𝑨Where stories live. Discover now