Capítulo 4

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Mientras el hooundom no dejaba de embestir a Shouko una y otra vez, Shuuko observaba oculta al otro lado de la puerta de la biblioteca como su preciado animal estaba teniendo sexo salvaje con la hija de ambos.

El silencio de la biblioteca que tan solo disfrutaban Shouko y Mercy en ocasiones ahora había sido cambiado por un constante "PALP PALP".

Un sonido de aplausos intenso en el cual apenas había un descanso entre uno sonido y otro.

—" muy bien hecho Shouko, nuestro dios seguro te ama... Además si quedas embarazada de una niña seguramente seas su favorita"—

Por su parte el hooundom seguía golpeando el útero de su hija.

—¡ Ughh —

Gritaba la joven Shouko aun en posición mating press mientras recibía las embestidas de su padre, abrazándose a él tanto con las piernas como con los brazos.

Por su parte Shuuko la cual estaba observándolo todo escondida comenzaba a masturbándose mientras veía como su propia hija tenía sexo con su padre.

Así se mantuvieron ambos durante largos minutos en los que el perro no dejaba de embestirla una y otra vez, al animal se le escapaba alguna que otro beso con su enorme lengua.

Pero conforme vas pasando los minutos el perro sentía como su miembro comenzaba a palpitar y lentamente dentro de su hija.

—¡ Shouko me vengo!—

Dijo el animal como si estuviera advirtiendo a su hija pero esta simplemente le dedicó una sonrisa sincera.

—¡ H-hazlo!—

Dijo la joven solo para entonces sentir como su padre daba la última embestida y comenzaba a fluir semen directamente hacia su útero, los testículos del perro comenzaban a bombear ese preciado líquido hacia el interior de la joven.

Por su parte Shuuko después de haber visto este espectáculo tan lascivo y masturbarse durante todo el rato terminó teniendo un poderoso squirt.

El cual mancharía parte de la puerta de la biblioteca.

Padre e hija se mantendrían abrazados durante un rato el cual aprovecharía el Pokémon para dejar salir los últimos restos de semen en el interior de su hija.

—ahhh....—

Komi no dejaba de jadear mientras recuperaba el aliento.

—¿Estás bien cariño?—

Le preguntó el perro a lo que la chica simplemente asintió con la cabeza.

—si... Solo algo cansada... No te preocupes déjame aquí y yo regresaré a la habitación...—

Dijo la chica dándole una gran sonrisa a su padre, esto convenció por completo al perro el cual poco a poco se fue levantando y separando de ella.

—¿Segura?—

Le preguntó el animal a su hija, la cual simplemente asintió con la cabeza y en cuanto estuvo libre se puso poco a poco en pie con sus piernas algo temblorosas lo cual era completamente normal.

Está aún goteaba algo de semen y fluidos, necesitando la ayuda de la mesa cercana para apoyarse.

—¿No necesitas ayuda?—

Preguntó el perro pero la chica de nuevo negó con la cabeza.

— no te preocupes estoy bien, ahora creo que me quedaré un rato aquí sentada —

Dijo la joven tomando asiento en mi madre decías de aquella biblioteca, las cuales vuelan simples sillas de madera sino que estas tenían un cojín rojo de aspecto bastante lujoso y muy cómodo.

El Dios de la aldea Donde viven las historias. Descúbrelo ahora