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holi 🧚🏻‍♀️


















































Enzo sintió que transpiraba frío.

Sentía como el corazón se le abría a la mitad, de par en par, dejando chorrear litros y litros de sangre que resbalaban por su pecho sin indicios de frenar en algún momento.

Sus ojos se enfocaban borrosamente en aquella imagen, esa que hacia presencia ante sus ojos siendo causante de tal dolor en su pecho, de aquella respiración entrecortada y de sus lágrimas abundantes y llenas.

¿Por qué Julian estaba besando a otra persona? De verdad no lo entendía. No entendía con qué fin las manos del castaño se encontraban en los hombros de otro chico, mientras unas manos ajenas se posaban delicadamente en aquella cintura que le pertenecía a él.

Julian lo sabía, Enzo lo sabía.

El aire comenzaba a faltarle y por consecuencia, un mareo inoportuno se presentó ante él, haciendo que se tambalee en su lugar, cayendo de rodillas al piso.

La mirada del menor se encontró con la suya, mostrándole una mueca de culpa...pero no de arrepentimiento.

Julian...¿por qué?

Enzo despertó alarmado, el frío a su lado hizo que su desesperación aumentara en demasía. Julian no estaba.

De un salto se levantó de la cama. No había hablado con el castaño, solo había dormido pegado a él toda la noche mientras dejaba que este le acariciara el pelo para calmar su ansiedad. Necesitaba hablar, necesitaba verlo...quería tenerlo.

Sus manos fueron a parar su rostro, fregandose este con bronca. ¿Acaso este era otro mal sueño? ¿Otro donde Julian lo abandonaba? No podía ser. No, para nada.

No debía ser.

—Enzo.

Julian lo miraba desde la puerta con una bandeja en las manos, mostrándose bastante confundido con el comportamiento del morocho. A paso rápido se acercó a un lado de la cama, dejando la bandeja encima de esta para poder sostener con suavidad la cara de Fernandez en sus manos.

—Estás pálido, amor.—Acotó. Cada palabra claramente cargada de preocupación—¿Estás bien?

La voz del menor danzaba como la melodía más relajante en los oídos de Enzo, era como darte una ducha caliente en un día de frío, era tan relajante como dormir cuando estás muerto de sueño.

Como una descarga de tranquilidad cuando estás a punto de volverte loco.

Así se sentía Julian en su corazón, como paz.

𝗣𝗥𝗢𝗙𝗘 𝗝𝗨 ★ enzo x julian AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora