Anécdotas de Pies Parte 2

Sandalias de Piscina

El verano de 2023 había llegado, y eso significaba una nueva oportunidad para comenzar un año lleno de nuevos propósitos y metas a conseguir. Esta vez, me propuse mejorar mi físico y adelgazar los kilos extra que había ganado durante la pandemia.

El reto no sería sencillo, asi que tomé la decisión de inscribirme en clases de natación. Nada mejor para hacer ejercicio durante el verano, pero sobretodo, era parte de mi nuevo plan para apreciar rutinariamente los bellos pies de las chicas en sandalias de piscina.

El primer dia de mi rutina fue algo flojo, pero no tardé mucho en conocer a una linda y simpática chica de ahi. Su nombre es Sofía, ella es una chica atlética, de piel canela, ojos negros y pelo afro; Aproximadamente 1:58 de estatura.

Recuerdo que lo primero que me atrajo de ella fueron sus preciadas sandalias rosadas, que tenían la huella sucia de sus atléticos pies.

"Vaya... se nota que te encantan esas sandalias" Dije mientras admiraba su pequeño pie y su pedicura roja

"¿Ja-ja-ja... y por qué lo dices?" Respondía ella con algo de verguenza

"Bueno pues, veo que tus pies los han dejado marcados por tanto uso" Dije con algo de nerviosismo.

"Si, pero ¿Es lo normal no?" Esta vez respondió con bastante naturalidad. "Los pies sudan y se ensucian con el ejercicio, asi que es normal que las saldalias también queden marcadas"

Esas palabras quedaron grabadas en mi mente por el resto del día. Era una forma en la que ella me exitaba a mi con tan solo hablar (Aunque ella por supuesto no intentaba hacerlo).

Los primeros días de mi rutina de ejercicios, muy aparte de dedicarme a entrenar, me la pasaba admirando las sandalias de piscina de Sofía que decoraban muy bien sus bellos pies. Durante los calentamientos solo veía como sus dedos bailaban y luchaban por librarse del zapato, mientras que durante el ejercicio en el agua, solía entrar junto a ella para echarnos un rato a socializar y de paso, adminar mejor sus pequeños quesos.

Yo siempre iba detrás de ella, esto para tener la planta de sus pies lo más cerca posible cada vez que Sofía pateaba el agua. Así eran casi todos los días que iba a entrenar a la piscina.

Con el pasar de las semanas fuimos agarrando confianza y salíamos después de las clases a pasear, o donde sea para perder el tiempo. Ella no llevaba otras zapatillas, pues su casa le quedaba algo cerca según ella, así que siempre salía de la piscina con sus sandalias y sus pies sudados bañados en cloro.

Era bastante tentador poder observarla sonreir, mientras que de su pie colgaba la sandalia, jugando con ella y aliviando el cansancio de sus pies.

Hasta que un día, hice un plan para poder sentirlos... literalmente.

Una vez que terminaron las clases, salimos a un parque que quedaba cerca de ahí, era bastante calmado y poco transitado. Imagino que ya estarán pensando en lo que se viene.

Una vez que llegamos al parque, nos sentamos en una banca y comenzamos a charlar. Ella comía un helado mientras yo terminaba el mío, hasta que comencé a ejecutar mi plan.

"Vaya día ¿No crees?" Me estiré a relajarme

"Si, la verdad esta vez si me sentí bastante cansada" Respondió y comenzó a estirarse al igual que yo. "¡Me sorprenderió bastante que hayas logrado completar todas las sesiones! Si que tienes buena resistencia"

"Bueno, esto de la natación me gusta bastante" le contesté. "¿Qué tan cansada estas ahora?"

"Muchísimo, me duele todo el cuerpo" ella poco a poco se estaba vendiendo